Embarazada y autónoma… ¿y ahora qué?

embarazada y autónoma
3 de diciembre. 7 de la mañana. Y los nervios jugando a la petanca con mi estómago. Después de 2 años de investigación y análisis previos y tras 1 año completo de mi vida dedicado a escribir, grabar, editar, maquetar y programar mi primer curso online, al fin había llegado el día del lanzamiento. ¡La de veces que había visualizado ese momento en mi cabeza! Lo imaginaba como una liberación, un parto digital y un recoger los frutos de tanto esfuerzo y tiempo. Bueno, para ser sincera, en ese preciso instante lo de recoger ya no lo tenía tan claro: ¿y si no tenía la aceptación que yo esperaba? ¿Y si me había estado comiendo mis ahorros durante todo un año para nada? ¿Y si desde fuera parecía sólo un curso más cuando claramente no lo era?

Me iba a explotar la cabeza. Y el corazón. En parte por los nervios. En parte porque me había pasado la noche en vela sintiendo unos escalofríos muy extraños. Escalofríos sin frío. ¡Qué cosa tan rara! En una especie de acto reflejo, alargué la mano hacia la mesilla de noche para coger el móvil y consultarlo con ese pozo de sabiduría llamado Google. Yo escribí mi consulta y la lista de resultados me habló alto y claro:
“Síntoma de embarazo”
“Embarazada con escalofríos”
“Primer trimestre de embarazo”
“La señal de que podrías estar embarazada”
“Embarazada”
“EMBARAZADA”
“E M B A R A Z A D A”
¡Ay, madre! ¿Pero cómo va a ser? Si este mes ha sido de locos. Si he estado trabajando de lunes a domingo 15 horas al día. Si del estrés que tengo llevo mareada 2 semanas… Espera, ¿he dicho mareada?
En vez de consultarlo con Google, esta vez salí corriendo de la cama hacia el baño. ¡Basta de consultas digitales! ¿Para qué preguntarlo al universo 2.0 cuando podía hacer pis en un palito?
Y el palito habló. Ese oráculo 1.0 me sacó de dudas de una patada mostrándome 2 rayitas que en un principio me parecieron una alucinación mañanera. No era capaz de entender lo que estaba viendo. Necesitaba un café, una copa, unas gafas de aumento y una bolsa de papel para respirar dentro. Pero en vez de eso hice la foto menos artística de mi vida, aún sentada en el wc y al borde del estrabismo.
Adjunté la foto por whatsapp y escribí a Manel, que a esas alturas ya estaba llegando al trabajo. “A ver, 2 cosas: 1. No traigas sushi para comer. Y 2. ¿Tú qué ves aquí? ¿Una rayita o 2?”
Sin preámbulos, sin calentamientos, sin contexto, sin anestesia, sin una gota de romanticismo. Al más puro estilo mamporrero. ¡Bien, Susana! ¡Así se dan las noticias importantes! Claro que sí, ahora cada vez que recuerdes ese momento te visualizarás sola, en pijama, con legañas, sentada en el wc y con las bragas en el suelo (sí, aún seguían ahí, es lo que tiene estar en shock, que una se olvida de que la ropa interior no es para abrigarse los tobillos).
Por suerte ese recuerdo se solapa con uno posterior. Manel vino a casa a la hora de comer y pudimos celebrar la noticia juntos. No terminábamos de creerlo, pero estábamos taaaaaan felices que no teníamos espacio en la cabeza ni en el corazón para experimentar ningún otro sentimiento.
No tuvimos espacio… hasta el día siguiente. De repente, volví a recordar una serie de detalles curiosos de mi vida:
A) Soy autónoma.
B) Mi negocio soy yo, no tengo ayuda, compañeros ni empleados.
C) Vivo a mil kilómetros de mi familia, lo que implica que no voy a tener ayuda tampoco con el bebé.
D) Manel tiene un horario fijo y no suele llegar nunca a casa antes de las 18:30 h.
E) ¿Y ahora qué?
Y en ese pensamiento, en el “ahora qué”, me sumergí durante semanas y semanas, sin encontrar ninguna respuesta, con una mezcla de sentimientos tan confusa como mi porvenir. Estaba pletórica con la idea de ser madre, por supuesto. ¡Había deseado tanto que llegara ese momento! Pero también estaba aterrada y profundamente preocupada. Porque hasta entonces, mi negocio había sido mi bebé. Llevaba años gestándolo, mimándolo y haciéndolo crecer. Y de repente lo iba a congelar, desatender y abandonar. Todo lo que había construido con tanto tiempo y esfuerzo se iba a desvanecer.
Fueron semanas complicadas. Sobre todo porque cuando intentaba hablar del tema con alguien rara vez me entendía. Estoy rodeada de no autónomos. Y sí, ya sé que ellos también tienen sus problemas, sobre todo porque la conciliación familiar y laboral no existe en este país. Pero hay un problema inicial que no tienen y que es justo el punto en el que nadie me entendía:
Cuando se incorporan a sus puestos de trabajo después de una baja por maternidad, el negocio sigue existiendo, no ha desaparecido. Cuando un autónomo deja de trabajar, nadie mantiene el negocio a flote mientras tanto. Durante ese tiempo, su negocio literalmente no existe. Y a su vuelta, no puede reengancharse a una rueda que ha seguido girando: directamente tiene que volver a hacerla girar.
¿Y? ¿Dónde está el problema? Me decían…
¡Ay, alma de cántaro! ¿Sabes el tiempo, el esfuerzo y el dinero que implica esto? Si fue duro hacerlo en su momento, con todas las horas del día disponibles para dedicarle a esto, ¿cómo volver a hacerlo con un bebé de 4 meses?
Este es uno de los motivos por el que, tristemente, muchas autónomas optan por renunciar a la baja por maternidad y seguir trabajando al borde de la locura con un recién nacido en casa.
Y sí, ya sé que esta visión puede parecer un poco tremendista porque de alguna manera tiene que servir todo lo que has sembrado durante tanto tiempo. ¡No puede ser que sea como empezar de cero! Pero, por muy negativas y apocalípticas que seamos, no nos engañemos: tampoco es como empezar con el negocio al 100%.
He de decir que yo estuve atrapada en este proceso mental y emocional durante las primeras semanas. Pero después decidí empezar a deshacer la bola separando los problemas de uno en uno. En mi caso, fueron 3 las cuestiones que me planteé por separado:
  1. ¿Voy a darme de baja por maternidad?
  2. ¿Mi fórmula de negocio y mis servicios podrán seguir existiendo tal cual están ahora o no tendrán cabida después de la llegada del bebé?
  3. ¿De dónde voy a sacar el tiempo para trabajar? ¿Cómo me voy a organizar si soy yo la que se va a quedar a cargo del bebé para conseguir trabajar 8 horas al día?
¡Por hoy lo dejamos aquí! Pero te adelanto que llegar a este punto del proceso fue la clave para empezar a ver la luz. Prometo pronto una segunda parte para contarte cómo le he ido dando respuesta a cada una de estas preguntas.
La semana que viene es Semana Santa y no habrá post, pero a la vuelta me tendrás aquí como un clavo, intentando aportarte, entretenerte o inspirarte desde el otro lado de la pantalla, a tan sólo un palmo de ti ♥
¡Felices vacaciones!

19 comentarios

  1. Buenos días Susana!
    El solo hecho de imaginar encontrarme en esa situación de incertidumbre me provoca mareos.
    Un proyecto personal es mucho más que un trabajo, supone todo tu esfuerzo de días, meses y años. Yo te entiendo, y me alegra mil saber que has encontrado la respuesta que mejor se amolde a ti. Me quedo a la espera de que desgranes cómo empieza la nueva fase torralbera 😉
    Ah! Y gracias por compartir el momento legañas, me he sentido junto a ti en el wc jajaja
    Muak!!!!

  2. Hola Susana,
    yo no soy autónoma, soy MIR (Médico Interno Residente), lo que en mi caso implicó hacer un parón en mi formación, estar casi un año fuera y a la vuelta, reengancharme a un sistema que va muy rápido, con guardias de 24 horas, una pareja que llega a casa del trabajo a las 18:00, familia fuera de la ciudad y un bebé muy demandante.  No es tu caso ni tiene mucho parecido, pero me puedo imaginar cómo te sientes, aunque no sea capaz de ponerme del todo en tus zapatos.
    Yo tuve que redefinir mis objetivos; aproveché el embarazo para leer sobre gestión del tiempo, sobre la ley de Pareto (Sí, ésa que dice que el 80% de las consecuencias vienen del 20% de las causas), me centré en menos objetivos pero más rentables y pedí que por mi cumpleaños me regalaran una Nespresso para no tener que fregar tantas veces mi minicafetera. Sobreviví al postparto con ojeras y sensación de mala madre, en cuanto llegaba mi pareja le dejaba el niño y aprovechaba para ducharme rápidamente y sentarme a estudiar, reorganizamos nuestra manera de cocinar y guardar comida en el congelador para cocinar 1-2 días a la semana hasta que el bebé fuera más grandecito y nos diera un respiro…

  3. Cada vez que nos preguntan…¿Cuándo vais a ser papás? Se me descompone en cuerpo en múltiplos de 2. ¿Cómo voy a hacerme cargo de una personita cuando la mitad de los días se me olvida cenar y llevo sin lavarme el pelo 2 días.?. Y la gente te llama exagerada. Te dicen que eres la que más fácil lo tiene porque eres tu jefa… No entra en mis planes, pero me guardo este mail y los siguientes como oro en paño, para cuando llegue el día, no sentirme sola, rara y autoloca jajajajaja Por cierto, la forma de comunicarlo no puede ser más Torralbo jajajaja tus historias locas no tienen fin 🙂

  4. Pero como me dejas así?!? Me he sentido igual q cuando vi el último capítulo de juego de tronos!!! Y ale!! Tan desquita q te has quedado diciendo q hasta dentro de dos semanas no habrá desenlace!!! apiádate de esta pobre mujer!!! Y cuéntanos la respuesta a tus preguntas!!! Pd: estoy enamorada de tu manera de relatar!!!

  5. Pues yo ni soy autónoma, ni mamá, ni pensamiento alguno de serlo de momento. Pero estoy impaciente por leer la segunda parte de tu proceso. Eres increíble y admiro tanto tu capacidad de gestión del tiempo. Un abrazo bonita. 

  6. Joooo!! temazo eh, porque yo no me imagino en esa situación y leerte me hace medio concebir la cantidad de emociones y dudas que afloran. ¡Tanta verdad! Poner a girar la rueda otra vez es un trabajo que alguien que trabaja por cuenta ajena no tendrá que lidiar ni necesitará entender… pero para vos es agua de otro costal! Aunque si me permites pensarlo, el recorrido que has ya caminado, las clientas que has hecho, las que esperamos ser tus clientas pronto (como yo) somos un grupo que no va a desaparecer porque tú te des de baja por maternidad. ¡Nuestra fidelidad permanecerá! y creo que eso hará un poco más sencillo volver a hacer girar la rueda… lo de hacerlo mientras cuidas un bebé de 4 meses… ok, eso sí no lo sé! Me encantará saber como continúa esto <3 

    Y muchas felicidades!! 

  7. ay… que me vas a contar… ya sabes que yo tuve a Mar en pleno montaje del estudio. Y es una odisea, todo lo es… pero al final se consigue, te organizas y lo haces. Y eres feliz porque va a llegar algo que lo va a eclipsar todo. 🙂 Ya verás, ya verás al final que bien. 

    1. Seguro que irá genial porque ambas sois unas bestias pardas! Tú lo has demostrado y Susana hará lo propio!!! Besos a las dos!

  8. Ay Susana!! Nos dejas con ganas de más. Y es q ahora mismo estoy como tú. 
    Embarazada de 20 semanas, autónoma, recién lanzada al negocio y donde trabaja una sola.
    Esta es una de mis grandes preocupaciones. Como lo voy a hacer. Si voy a parar en seco? Encontrare quien pueda ayudarme? Hasta donde podré confiarle mi empresa? Seré buena madre y autónoma? Un diluvio de dudas que solo nosotras sabemos lo que nos preocupan. 
    Así que estoy deseando saber como lo vas a hacer, para ver si veo La Luz y consigo despreocuparme.
    Un besazo 

  9. Lo de las legañas en los ojos y las bragas en el suelo me ha matao. Nosotros también nos ponemos en esta situación si nos llegase a pasar a Sara y a mí. Todas las preguntas que has puesto las multiplicaríamos por mil y pongo la mano en el fuego (y medio cuerpo) a que veo a Sara de 8 meses a punto de parir montada en una silla afotando 50 bodas al año. Al final el autónomo tiene un no se qué que que se yo que se adapta a cualquier cosa que le echen y sino ya se inventará sobre la marcha ¡Viva el azar y enhorabuena por el embarazo!

  10. Yo no soy autónoma y por ahora, no gracias! Pero empiezo mi jornada laboral a las 5:30 de la mañana. Antes de estar embarazada pensaba una cosa, cuando me quedé embarazada otra , pero cuando conocí a mi bebe…todos los esquemas se esfumaron. Y he tenido otra princesa más y me han enseñado que se puede con todo y más!!! Yo solo te diría que no hagas planes pq cuando nazca tu nuevo amor, todo se desmonta (para bien, obvio). Disfruta muchísimo y dale a las teclas que estoy deseando leer el segundo capítulo

  11. Hola! Qué curiosidad me causa cuáles habrán sido tus conclusiones. Yo personalmente creo que sí que podrás continuar, aunque tal vez necesites ayuda externa, pero ya verás cómo te organizas igual de bien que antes o incluso mejor (lo próximo es empezar a leer sobre gestión del tiempo, te lo digo por experiencia)

  12. Hola Susana!!!    Al fin se me ha encendido la bombillita y me he dicho, oye! Que cuando descubriste a Susana y su curso, leíste en algún sitio que tenía un blog…y justo hoy, ha sido el día para entrar por primera vez!! Me encanta tanto como escribes que seguramente cogeré unas palomitas y comenzaré a leer un post tras otro como si de una novela se tratara!! O quizás como una serie…porque ponerme al día para esperar el siguiente post es una de mis cosas favoritas en la vida 😛   Quería escribirte este comentario solo para decirte que he disfrutado un montón de lo leído hoy. En ese momento en el que te encontrabas…debió de ser muy duro y una locura total, pero ahora es un dato divertido que recordar! Espero ansiosa la siguiente entrada <3 Un beso enorme

  13. «Leer de pe a pa» :-))) No cabe duda de que te distingues a cada paso en tu web. ¡Me encantan muchos detalles del diseño, por cierto!

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¡Hola, caracola!

Si es la primera vez que vienes por aquí, me presento: soy Susana, una publicista con una cámara pegada en la mano. Éste es el lugar desde el que comparto todo lo que sé sobre comunicación, marketing y publicidad (y sobre donuts, mi madre, lo divino, lo humano…). Quédate un rato conmigo; ¡las risas están aseguradas!

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