No se lo digas a mi madre, que no está para disgustos

De pequeña sólo veía los anuncios. El resto de la programación no me interesaba. Mi madre me miraba preocupada, sentada en el suelo frente a la tele, extasiada, con el trasero helado, los ojos como platos, devorando cada anuncio, cada idea, como píldoras concentradas de creatividad. Y pensaba que era rara.

En realidad, era publicista.
Lo cual es casi, casi lo mismo. Pero, sshhhhh, ¡no se lo digas a mi madre!

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Hacer algo bueno con “esto”

A nadie le extrañó que esa niña que entraba en éxtasis en cuanto oía la ráfaga musical de los anuncios terminara siendo licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas. Tampoco se sorprendieron cuando, título en mano, salí corriendo a cumplir el sueño de mi vida: trabajar en una agencia de publicidad.

Lo que no sabía entonces es que 10 años más tarde ese sueño se iba a resquebrajar. La historia completa es tan inesperada que no cabe en este espacio, pero tiene mucho que ver con un oso panda y una ensalada y te la cuento si te suscribes aquí.

Mientras tanto, demos un salto en el tiempo para que me veas en la la puerta del despacho de mi ex-jefe, respirando hondo para conseguir articular 2 palabras antes de apretar el detonador que iba a hacer que mi vida saltara por los aires. “Me voy”, me oí decir sin creer del todo que esa voz estaba saliendo de mí.

Y así, sin más, terminaron los 10 años en la agencia de publicidad que me lo había enseñado todo. Con las manos vacías, la agenda en blanco y los bolsillos del revés. Como quien acaba de sobrevivir a una explosión, pensé: Estoy viva. Y ahora… ¿qué hago con “esto”?

Lo que estás viendo es lo que hice finalmente con “esto”: seguir siendo publicista, pero dejar de trabajar para grandes marcas y hacerlo para personas como tú, que se levantan cada día para trabajar en algo que una vez sólo estuvo en sus cabezas.

Han pasado 9 años y jamás me he arrepentido. Porque las puertas se cierran, las etapas se acaban y algunas hogueras terminan apagándose. Pero mientras estemos aquí, aún podemos hacer algo bueno con “esto”.

Dicen que soy un referente de cómo usar el storytelling. Supongo que es por esto:

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