El año pasado, a estas alturas, había trabajado como para comprarme una isla privada en la costa de Dubai. Sin embargo, estaba a punto de irme de vacaciones con la cartera más seca que una croqueta de serrín y una tímida lista de clientes para los próximos 3 meses. Exagero un poco, ya me conoces. No me había ido mal, pero teniendo en cuenta el esfuerzo, mi lista de espera no era para tirar cohetes. Aquel festival de horas extras merecía, como mínimo, un par de petardos. Pero no. Ni pirotecnia, ni isla ni perro que me ladrara. Mis resultados eran más discretos que un armario empotrado, que el traje de un enterrador, que el talento de Kiko Rivera y que los gayumbos de un escocés. Y yo trabajadora soy un rato, pero a estas alturas de la película no me conformo con ser discreta. Antes muerta que sencilla. Así que a mi vuelta me puse manos a la obra con los cambios.
¡El resultado fue inmediato! Para que te hagas una idea, bastará con contarte que en febrero ya estaba cerrando la agenda de 2016 y abriendo la de 2017. No está mal, ¿verdad? Deja que te cuente cómo hice crecer mi lista de clientes en tan poco tiempo:
1. Simplifiqué mi catálogo de servicios.
Si me conoces, ya sabes que soy publicista (licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas) y que estoy terminando Filología Hispánica. Publicidad es una carrera que, de por sí, te prepara para hacer muchas cosas (copy, diseño, planificación de medios, dirección creativa, organización de eventos, fotografía, relaciones públicas…). Pero, además, servidora es un culo inquieto y nunca ha querido conformarse con una sola. Si a esto le sumas que cuando emprendes, lo último que quieres es cerrarte puertas, el resultado es una lista de servicios más larga que el reflujo de una jirafa. Está muy bien ser multidisplinar, pero hay un punto en el que confundes a la gente y no consigues afinar el tiro porque te estás dirigiendo a la vez a diferentes tipos de clientes. Los cambios vinieron solos en cuanto eliminé servicios de mi lista y me dirigí a un cliente mucho más definido.
2. Empecé a elegir sólo aquellos trabajos que de verdad me apetecía hacer.
Trabajar en algo que no te apetece es entrar de cabeza en una pesadilla de Stephen King borracho de absenta después de haber cenado fuerte. No puede salir bien. Así que te recomiendo que cuando veas que puedes girar la cabeza más allá de tus hombros, dejes de trabajar en cosas que no quieres. El mal anda cerca. Y cuando tú miras a los ojos del abismo, el abismo también te mira a ti. Atrás, Satanás.
Si te centras en proyectos que te gustan, el resultado final siempre será mejor. Y cuanto más satisfecho quede tu cliente, mejor hablará de ti.
3. Expliqué más y mejor mi método de trabajo.
Puede que trabajar contigo sea como ir a Disney a lomos de un pony de oro, pero si tu cliente no lo sabe, pensará que la experiencia no pasa de una escapadita a Villaseca de Uceda. Un rato de carretera nacional, unas tapas y para casa. Por eso es importante no dar ciertas cosas por sabidas y explicarlo todo con pelos y señales. (Más señales que pelos, a poder ser). Desde que lo puse en práctica, mis clientes me esperan siempre con la maleta hecha, las ingles brasileñas y pasaporte en mano, por lo que pueda pasar.
4. Delegué.
Mi madre siempre me dijo que tenía que ser apañada como un jarrillo de lata, pero, qué quieres que te diga, el universo polifacético es agotador. He aprendido que la mejor forma para no terminar como unas maracas de barco es buscar ayuda a tiempo y delegar. Lo que supone un gasto a corto plazo, te termina beneficiando más tarde. Y, bola extra, igual al final no mueres de un infarto.
5. Dejé de ofrecer algo material a cambio de suscribirse.
Si vas a mi home y miras el banner de suscripción a mi newsletter, podrás comprobar que no ofrezco nada material a cambio de la suscripción: ni descargables, ni contenido extra ni descuentos. Ni oros ni moros. Lo que yo ofrezco es no volver a tener un miércoles aburrido. Algo inmaterial y verdadero como el amor de una madre. Pero no siempre fue así. Durante mucho tiempo probé a ofrecer descargables y chucherías varias que me proporcionaban una gran cantidad de suscriptores. ¡Pero era una relación destinada al fracaso! Se trataba de followers casquivanos, ligeritos de cascos y caderas, que se daban de baja tan pronto como se descargaban el regalo. Desde que cambié mi llamada a la acción, recibo menos suscripciones, pero el nivel de fidelidad ha aumentado y la cornamenta se ha reducido considerablemente. Y eso lo agradeces tú tanto como tus vecinos de arriba. Ahora tienen el parquet súper bonito.
Ahora que ya sabes mi secreto, tienes dos opciones: hacer lo propio y preparar un papiro de 20 metros para tu lista de espera, o rezar por la absolución de tu alma y beber mucho líquido para digerir bien la croqueta de serrín. Igual Stephen King te puede pasar un poco de absenta de camino a Villaseca. Autopista hacia el infierno no sé si habrá, pero carretera de curvas seguro que sí. ¡Lo dejo en tus manos!
¡Hasta la semana que viene!
24 comentarios
Como siempre una entrada genial!! También me quedé con aquella en la que comentabas que de nada servia tener seguidores en el Congo cuando tus clientes debían estar en la zona donde te mueves para trabajar.
Un gustazo leerte. Un besote.
¡Muchas gracias, Reme! Cierto, de nada sirve. Los fotógrafos sois buen ejemplo de ello. ¡Así que no voy a desearte muchos seguidores, sino que estén cerca!
Eres muy grande, Susana. ¡Un día de estos te nos sales de órbita! Gracias por compartir siempre tu experiencia, lo bueno y lo malo, sin reservas. Eres muy generosa, lo sabes?
¡Gracias a ti, Lourdes! Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero yo habría agradecido que me contaran ciertas cosas cuando empecé, así que no tengo reparos en contar mi experiencia, buena o mala. ¡Espero que sirva un poco!
Y mucho más que te mereces. Tienes la cuenta de Instagram mas bonita del mundo y eres una artista escribiendo. Estoy deseando que saques el ebook para ver si se me pega algo, jamía.
Jolín, qué piropazo!! Muchas gracias, le pongo mucho cariño a mi cuenta de Instagram <3
Enhorabuena,Susana. Te lo mereces de sobra. Tengo muy claro que conseguirás todo lo que te propongas. Te sigo desde el principio y tengo claro que ademas de talento eres unas curranta nata. Esto solo es el principio!
¡Muchas gracias, Mar! ¡Eso espero!
Uno de los miedos iniciales que tenemos muchas personas emprendedoras es el saber delegar y ser capaces de hacerlo. No sólo por lo que representa a nivel económico, sino de saber que aunque podemos hacer muchas cosas y somos polivalentes, ¡el tiempo es que es! Y al principio siempre falta tiempo jajaja
¡Muy buen post, Susana! Un saludote 😉
Coincido contigo. Para mí es súper complicado delegar porque siempre pienso que nadie le va a poner tanto cariño a las cosas como yo. Pero hay que confiar en la gente e ir enseñándoles poco a poco y transmitiéndoles el mismo entusiasmo por el trabajo que tienes tú. ¡Ahí está la clave! Lo económico es una faena, y más en este país en el que no se ayuda nada a los pequeños negocios 🙁
Estoy completamente de acuerdo con Beatriz Durán: lo más difícil es reducirla lista de servicios y delegar.
Es que me gusta hacer muchas cosas, y siempre pienso que el público donde vivo es muy reducido y confunde todos los servicios de diseño, y que no tengo dinero,…
Tienes razón en todo lo que dices, lo sé, y haré los deberes este verano… porque con mi negocio me toca recuperar en septiembre, estoy segura, prometo reducir la lista de servicios y pensar en lo que quiero y puedo hacer… Y EN BUSCAR TIEMPO LIBRE PARA CORTARME LAS UÑAS!!!!
Jajajajaja, lo último es fundamental. Unas uñas cortas dan claridad de pensamiento seguro, jajajaja. Tranquila, es un proceso largo. Es difícil dejar de anunciar ciertos servicios. Pero ten en cuenta que aunque no los pongas expresamente, es muy probable que te sigan entrando de forma residual… ¡Un beso y descansa mucho este verano! Que eso seguro que te viene mejor que lo de las uñas 😉
En un día con un humor un poco gris a pesar del solazo que hace fuera, el reflujo de la jirafa me ha sacado una sonrisa muy grande.
Por ello mil gracias, y también por compartir tus secretos. Me encanta que hayas tomado decisiones tan en contracorriente como la de no regalar ningún descargable. Yo de momento seguiré regalando el mío, ya que las bajas son muy poquitas. Pero empezaré por ejemplo a delegar.
¿Sabes que es lo primero que me encantaría delegar y que espero hacer pronto? La limpieza de la casa. Ya de por sí tengo muy poquito tiempo libre, si luego encima me tengo que poner a ordenar y limpiar, es que me queda aún menos para dedicar a mi bebé blog. Estoy llegando a tocar un poco fondo!!! aaarrrgh!
Siempre es maravilloso leerte y tus posts nunca los dejo en la cola de mi correo, siempre los leo en seguida! 😀
¡Muchas gracias, Valentina! En el gremio del marketing creo que soy un bicho raro, ¡es cierto! Pero viendo los resultados de estas decisiones a contracorriente sólo puedo reafirmarme. Delegar es fundamental. En tiempos malos, yo siempre digo que el día que las ventanas de mi casa me hablen, empezaré a echarles cuenta. Mientras tanto, puedo vivir sin limpiarlas algunas semanas :))))
Una mujer sabia, eso es lo q
que eres, inteligente también, a curranta y divertida no te gana nadie, por eso te mereces una isla en la costa de Dubai…llegará te lo digo yo que llegará, sólo falta un poquito de tiempo. Pero ¿que es lo que más apreciamos tus clientes? Tu honestidad, buen rollo, amor por tu trabajo,confianza y honradez, aquí no te gana nadie querida compañera. Pero que es eso de que los armarios empotrados son discretos??? Yo te puedo hacer el armario más atrevido y glamuroso de la historia !!! Jajajajjaja
Jajajajaja, son discretos para los mortales y ciudadanos de a pie. Para las artistas como tú son un lienzo en blanco lleno de posibilidades. ¡Ains, si es que me dan ganas de comprarme una casa nada más que para que me la decores tú!
¡Me ha venido como anillo al dedo! Porque justo ahora estaba preparando mi lista de servicios y he descansado un poco cuando me encuentro esta maravilla.
Y ya verás que cuanto más tiempo lleves, más reduces la lista 😉 ¡Me alegra mucho que te haya resultado útil!
Totalmente de acuerdo! Siempre es mejor focalizarse que intentar ofrecer de todo y luego quedarse en nada. Me ha encantado leerte, como siempre 🙂
Exacto, justo lo que vosotras hacéis en story telling!! 😉 Gracias por pasarte y comentar!!
Qué post más bueno, me ha encantado, ya tienes una seguidora nueva 🙂
PS. por dios, pero que cuenta más bonita de Instagram ^_^
¡Muchísimas gracias! ¡Qué bien tenerte por aquí! Ponte cómoda y siéntete como en casa. 🙂
Llevo unos días repasándome tu blog (aprovechando el Tutti Frutti veraniego que nos has preparado) y me parto de risa con tus comparaciones y metáforas. He visto ya varias que bien merecían un monumento.. ahora la del gayumbo escocés realmente me ha llegado (mi chico es de las highlands y doy fe!). Y a parte de que me chiflen tus comparaciones, también tu contenido! Todo hay que decirlo, y tienes unos posts buenísimos. Desde luego que Brad Pitt debería pasarse a leerlos como mínimo…