Qué hacer cuando te diriges a 2 públicos objetivo diferentes

2 públicos objetivo diferentes

 

Llámame clásica. O desfasada. O vintage. Pero yo soy monógama de toda la vida de Dios. La poligamia no está hecha para mí por muchas chiribitas que me salgan de las pupilas cuando Brad Pitt o el maromo de turno asoma muslamen, pechera o lo que se tercie al otro lado de la pantalla. ¿Cuestión de romanticismo? No, más bien insuficiencia neuronal. Soy consciente de mis limitaciones. Si en estados avanzados de una relación puedo tardar una semana en apreciar que mi pareja se ha afeitado, ha cambiado de gafas o ha sido devorado y suplantado por un tiranosaurio rex… ¿cómo podría mantener ese nivel de suspicacia y detallismo con una segunda pareja?

Lo mismo me sucede cuando traslado este problema a otros campos. Por ejemplo, en el mundo de los negocios, la poligamia se me antoja harto complicada. Dirigirte a 2 públicos objetivos diferentes sin que te dé un síncope no es tarea fácil. Aún así, soy consciente de que hay casos en los que no queda otra. Por eso, hoy quiero contarte qué hacer cuando tienes targets diferentes.

No es lo ideal. Sobre todo cuando no cuentas con medios económicos o el tiempo necesario para gestionarlo bien, pero es una situación que se da muy a menudo. Por ejemplo, a muchos de mis clientes fotógrafos les sucede que, por un lado, prestan sus servicios a particulares, pero también quieren ofrecer formación a fotógrafos. Otros compaginan la fotografía social con la corporativa. Otros hacen bodas, pero también recién nacidos… Y fuera del sector de la fotografía, ni te cuento… En resumen, hay muchos negocios que quieren ofrecer servicios que van dirigidos a públicos muy diferentes, con necesidades y perfiles muy distintos. ¿Cómo se gestiona la comunicación en estos casos? ¿Todo bajo la misma marca? ¿Marcas diferentes? ¿Misma web para todo? ¿Webs diferentes? ¿Y qué hay de las redes sociales?

Un servicio tiene más importancia que el otro

Antes de tomar una decisión, es muy importante que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿tienen esos dos servicios dirigidos a públicos diferentes la misma importancia dentro de nuestro negocio? A menudo me encuentro con situaciones como estas:

No quieres cerrarte ninguna puerta y, aprovechando que vas a lanzarte, has hecho una lista de todo lo que podrías ofrecer más larga que la infancia de Heidi. Se trata de servicios secundarios que ofreces sólo porque no tienes la certeza de que con el principal puedas ganarte la vida al 100%.

-Llevas un buen tiempo con tu servicio principal y te ha ido bien. Ahora que ya estás posicionado como experto en la materia, te gustaría ampliar el campo ofreciendo cursos o talleres de formación de forma puntual.

Ambos casos son similares: servicios ofrecidos por un mismo profesional (dirigidos a públicos diferentes), que no tienen la misma importancia. En el primer caso, al no ser una marca asentada, lo recomendable sería centrarse en la actividad principal, es decir, dirigirse a un sólo público objetivo. Esos trabajos secundarios o adicionales nos van a salir de todos modos aunque no lo indiquemos en nuestra web por la misma inercia del trabajo y las relaciones que vamos establecimiento. Si quieres mezclarlo todo en tu web y tus redes, lo único que conseguirás será liar a tus clientes potenciales y tardar más en posicionarte.

En el segundo caso, dado que tu público objetivo principal ya te conoce y estás bien posicionado, puedes reflejar este servicio secundario (dirigido a un perfil diferente) en tu web (intentando que tenga menos peso visual que el resto) y hacer una pequeña campaña para informar sobre esto en tus redes de siempre. Pero insisto en que es importante que este segundo servicio tenga menos importancia dentro de tu negocio y se desarrolle de forma puntual.

Ambos servicios tienen la misma importancia

Cuando queremos darle la misma importancia a servicios destinados a públicos diferentes, lo ideal es crear 2 proyectos independientes: 2 marcas paralelas (o 2 submarcas bajo una misma identidad paraguas), con 2 webs diferentes y redes sociales separadas. Veamos un ejemplo:

Seguro que conoces la empresa de paquetería Packlink.es. Si entras en su web, verás, que en principio, se dirige al cliente particular. Pero si te fijas, arriba a la derecha hay un mensaje que dice: «¿Tienes una empresa? Prueba Packlink PRO». Al hacer click en ese enlace, se nos abre una nueva web, independiente, en la que tanto textos como fotos están 100% orientados a empresas y profesionales autónomos. Aunque parte de una misma identidad paraguas, con rasgos comunes (el nombre de marca es una variante del principal, el mismo tono de azul, un eslogan que en ambos casos nos transmite un proceso sencillo y sin complicaciones), han desarrollado una marca paralela con una plataforma propia. De este modo, pueden adaptar el estilo de su comunicación al perfil de cada cliente para ser más efectivos. También pueden trabajar más específicamente su SEO para posicionarse mejor en Google.

¿Pero qué hacemos si el bolsillo no nos da para todo y no podemos renunciar a uno de los dos servicios? ¿Qué hacemos cuando ambos tienen la misma importancia? ¿No existe otra opción?

Sin ser la situación ideal, en este caso te recomiendo:

  1. Evita que tu público termine más liado que el moño de Rapunzel. Presenta la información en tu web lo más estructurada posible. Tienes que intentar que se entienda al primer golpe de vista a quién va dirigido qué. Y después repítelo hasta la saciedad en apartados como el Sobre mí, Trabaja conmigo, en tus redes… No esperes que el mensaje cale a la primera. ¡Te lo tendrás que currar mucho más que los demás!
  2. Busca un buen hilo conductor que una ambos servicios y haga que tengan mucho sentido juntos.
  3. Si tu negocio eres tú, trabaja tu marca personal hasta decir basta. No hay mejor hilo conductor que tú mismo. Cuando dejas que tu público te conozca bien, sepa cuáles son tus habilidades y puntos fuertes, el puzzle de tus servicios será más sencillo de montar. Por ejemplo, si yo no hubiera contado 20.800 veces que además de publicista, soy filóloga y no me hubiera empeñado incluso en publicar microrrelatos en mis redes, no habría conseguido vender ni un sólo ebook porque todo el mundo me asociaba con el desarrollo de páginas web.

Lo sé. Es un tema complejo. Lo de tener más de un maromo no es para todo el mundo. Por eso, la próxima vez que veas un torso marmóleo con más bultos que un cartón de huevos y la palabra poligamia asome a tu mente, piénsalo bien. Espero que te acuerdes de este post, luminoso cual día de feria. 

 

¡Hasta la semana que viene!

 

 

12 comentarios

    1. ¡Gracias a ti, Lourdes, por ser mi lectora number one! Me alegra mucho que te haya ayudado el post de hoy. ¡Un beso grande!

  1. Wow! Menudo post te has marcado, jamía. Mira que eres crack que a veces hasta pienso que me lees la mente. Como siempre, me has ayudado a aclararme muchísimo con esto. Feliz miércoles para ti también (me encantan tus newsletter).

    1. Un poco más y lo encuaderno en formato enciclopedia, jajajaja. Se me va la mano con el teclado, lo sé, lo sé. Pero me alegra infinito saber que te ha servido de ayuda. ¡Un beso!

  2. Susana, muchas gracias por el post. Justo lo que a mí me pasa, que no sé muy bien hacia dónde enfocar mi público porque tengo de dos tipos, como les pasa a los fotógrafos… Enhorabuena por tu blog, me gusta muchísimo, tanto visualmente como tu forma de escribir.

  3. Genial Susana, muchas gracias por tu post tan claro y facil de entender. Las que somos multifaceticas a veces nos cuesta enfocarnos en un servicio solo, y como nos encanta todo es dificil focalizar en una sola cosa, pero sé que es necesario para no liar al personal más de la cuenta. 🙂 gracias.

  4. Ay madre… Soy polígama y yo sin saberlo… ¡Y que me va a llevar a un pantanal sin norte!!!… ¡Ay no! Yo esto me lo tengo que mirar despacito y aplicar tratamiento urgente. ¡Gracias por ponerle luz a los baches y señalización y sujerencias de desvío antes de despeños en el camino emprendedor!

  5. Bravooooooo Bravooooooo Bravooooooo
    Tu no eres filóloga, tu tienes una gracia para escribir que no se aprende en ninguna universidad Jajjaja
    Que clarito me lo has dejado hija, así que yo mi argentino y ya!!!!

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