Las vacaciones de verano son como el potaje de una madre. Siempre tienen el poder de devolvernos un pedacito de nosotros mismos y reconciliarnos con el mundo, aunque no conozcamos del todo la receta.
Llegados a este nirvana emocional en el que las lorzas, los atascos, los madrugones y las facturas de la luz se convierten en miserias microscópicas, el ciudadano de a pie sufre una última y espectacular metamorfosis: empieza a soñar. Aún no se ha demostrado, pero parece ser que el consumo sin control de picadillo de caballa, tortilla de patatas, filetes empanados, sandía y frigopie tiene efectos hipnóticos que se manifiestan, comúnmente, durante la digestión.
En esos minutos, con la playa hasta la bandera, un ojo entornado y el otro esquivando a la señora mayor en top-less que, por obra y gracia de la gravedad, se está quemando los pechos con la arena, uno se siente el rey del mundo y hasta de su propia vida. Esto no saldrá jamás en nuestros selfies vacacionales, aquí no hay uñitas recién pintadas a la orilla del mar, ni salchi-piernas, ni puestas de sol con océano, gaviotas y todos los extras, pero, sin duda, es el mejor momento del año. El mejor… y el único. Porque lo triste de todo esto es que sólo nos permitimos soñar en vacaciones. Para el resto del año ya hemos comprado el pack completo: hipoteca, contrato indefinido y descansos a capricho de tu jefe. Un cuento sin final feliz pero con un millón de renuncias a cambio de certidumbres insustanciales, a pagar en cómodos plazos el resto de tu vida. Y lo curioso es que todo lo demás nos parece Mordor, el limbo o la Apocalipsis.
Somos unos yonkies de la seguridad. El problema es que lo que conlleva esa seguridad muchas veces no nos gusta. Dedicarte a algo que no está alineado con tus valores, centrar tus esfuerzos y tu energía en algo que no te llena termina desgastándote. Que me lo digan a mí, que a veces iba tan cabreada al trabajo que no sabía si era una persona o un gormiti.
Y es que ver cómo otros viven tus sueños y no tú es más raro que dejarle tu ropa interior a un desconocido. Porque los sueños, como las bragas, no se prestan, hay que vivirlos en carne propia (y cuanto más mejor).
La buena noticia es que si pones aquello que mejor sabes hacer al servicio de los demás no hay nada que no pueda salir bien y probablemente pronto veas tus esfuerzos recompensados. No es filosofía barata, es sentido común. Si eres capaz de ganar dinero y esforzarte por algo que no te gusta, ¿qué no serás capaz de hacer con aquello en lo que eres realmente bueno? Y lo mejor de todo es que el dinero te llegará como consecuencia de aportar tu valor al mundo y no de sepultarlo.
Si vamos a cambiar que sea para mejor. Personalmente me gustaría seguir aportando mi granito de arena en este proceso. Por eso he estado preparando todo el verano un montón de contenido útil para emprendedores. El blog arranca de nuevo y en esta temporada, a partir del miércoles que viene, vais a encontrar posts que cubren todas las parcelas del mundo de la comunicación, la publicidad y el marketing para pequeñas y medianas empresas, bloggers y emprendedores. Como siempre, mi objetivo será aportar contenido muy práctico, sin paja y sin refritos de otros blogs, con mi manera particular de contar las cosas para que nos riamos un rato aunque esté hablando de temas un poco densos.
Por otro lado, he estado trabajando en algunas herramientas y recursos que van a ser de gran ayuda a todos lo que tienen un blog o están a punto de tenerlo. Pero ya daré más información dentro de unas semanas. De momento, tengo contenido nuevo para rato.
Porque cuando pasas al otro lado y empiezas a vivir tus sueños, la playa, la siesta, el descanso y la comida de tu madre siguen haciéndote soñar. Más y mejor. Así que abróchate el cinturón porque este avión despega ya y tiene la intención de volar muy alto.
Gracias por volar conmigo.
32 comentarios
¡Qué bien tenerte de vuelta! Suscribo todos los puntos de tu manifiesto. A veces nos aferramos tanto a lo «seguro» que renunciamos a todo lo demás, incluso a nuestros valores y a todo en lo que creemos. Aunque crearte tu propio trabajo no es un camino de rosas precisamente, la satisfacción de ver que tu proyecto crece y empieza a dar frutos acaba valiendo más que tener una nómina fija a fin de mes.
¡A volar! 🙂
Un besote,
Carmen
¿Verdad? Siempre lo digo, que la satisfacción que se siente cuando luchas por algo tuyo es indescriptible y además lo compensa todo. Menudo par de currantes estáis hechos, ya he visto por Instagram que habéis tenido un agosto movidito como yo.
¡Gormiti! ¡Qué gráfica! 😉
¡En serio! Un gormiti total y a veces incluso un poco Hulk. Es lo que tiene cuando se acumula mala leche durante años…
Que guay, y que ganas de leerlo todo!!!! Yo también quiero volar muuuuuy alto!
¡Hola, Valentina! Espero que el verano haya ido estupendo. Estoy segura de que vas a volar tan alto que necesitarás una nave espacial en lugar de un avión.
Yo contigo vuelo donde sea. Y como potaje, que no me gusta, si hace falta. Cada día me gustas más, con permiso de tu costillo. Un beso fuerte!
Tener una mamá vintage a bordo son palabras mayores. Intentaré que también pueda encontrar aquí su poquito de metafísica… emprendedora 😉 ¡Muac!
Me ha encantado todo pero sobre todo lo de las bragas. Más de un sueño he prestado yo Jajajaja
Pues espero que al menos te los hayan devuelto limpios, jajajaja.
Genial como siempre!!! Ya te echábamos de menos, menos mal que has vuelto para hacernos volar a todos los que te seguimos!!!
Este año hay que salirse de la estratosfera, Cuqui. ¡Ya verás!
Qué bien Susana que ya estés de vuelta!
Estaba esperando tus posts como agua de mayo 🙂
Igualicas, yo no paro de soñar, libreta en mano durante todo el verano,
Un abrazo
Sara
¡Muchas gracias, Sara! ¡Así da gusto volver! Espero que tu libreta esté menos perjudicada que la mía, la pobre está que se cae a trozos: se ha mojado, manchado de chocolate y potingues varios y se me ha caído como una decena de veces. Pero ahí está, aguantando como una jabata. Se ve que tiene alma de emprendedora 😉
Bienvenida, guapura!!
Tú sí que eres buena en lo tuyo!! Yo quiero soñar contigo, claro que sí!!
Besos
¡Gracias, guapísima! este año va a ser nuestro año, ya verás 😉
Susana me gusto mucho leerte desde la newsletter al post del blog, me enganché al 100% a tus palabras. Un gran storytelling! Encanta de estar a bordo 🙂
Encantadísima de tenerte por aquí, Sara. Qué bien que te haya gustado este post y su newsletter, ¡muchas gracias!
Cada vez me gusta más leerte. Me ha encantado este post lleno de esperanza, muchas gracias,
un abrazo,
Noelia
¡Muchísimas gracias, Noelia! Hay que empezar el curso con energía positiva y llamar a la suerte desde nuestra actitud.
Un placer leerte Susana como siempre:) y un gustazo ver con la energía que vuelves!
¡Muchas gracias, Cris! Espero que hayas tenido un verano estupendo y que hayas hecho muchas fotos. Yo he hecho muchas en analógico, cosa que cada vez me gusta más.
Eres la caña!!!!me encanta tu forma de expresarte!clara y divertida!!!!un placer haber trabajado contigo y tenerte de amiga!
¡Oleeeee! Este comentario sí que no me lo esperaba yo. Me siento afortunada de haberme llevado sólo lo mejor de mi antiguo trabajo 😉
qué post más grafico! Deseando ver todas esas novedades!!!
Síiiii, tengo que controlar mis arrebatos gráficos, jajajaja.
No puedo estar mas de acuerdo contigo.
Aquí seguiremos luchando, trabajando día a día en nuestro sueño.
Un beso y ¡bienvenida de nuevo a esta maravillosa realidad!
¿Qué somos? ¡Espartanos! Jajajajaja. ¡A luchar se ha dicho! Un beso, guapa.
Que ganas que tenía de leerte, me encanta tu forma de escribir, gracias por adelantado por todo ese contenido que nos vas a traer por la face. Lo del gormiti me llegó al almaaaaa, jajajjajaja
Besotes
Jajajajaja, yo intento poner ejemplos serios, pero es que no me salen. Es lo que tiene haber sido tan friki 😉
Hola, siempre que leo tu post es como si te escuchara, y nunca oí tu voz! Pero es gracioso porque tus textos tienen tal ritmo al leerlos que es como si me los dijeras. Raro, no? Pero me encanta! Siempre me guardo tus post para leerlos con calma e incluso los leo dos veces para reírme dos veces, jajajaja!
¡Muchas gracias, Asun! ¡Qué comentario tan genial! Siempre que me siento a escribir tengo esa idea en la cabeza: a pesar de ser temas densos, quiero que parezcan livianos, como una conversación con una amiga, así que saber que a ti te suena así es genial 🙂