3 lecciones sobre emprender que aprendí de mi madre
Julio Iglesias, el hombre con el moreno más intenso de la galaxia (tan intenso tan intenso que se rumorea que su piel es reversible y que por dentro ya está igual de moreno que por fuera), le compuso a su primera hija una canción para celebrar su paso de niña a mujer. Conmovidas por el detalle, en plena década de los 80, las señoras morían de amor y querían pernoctar sin parar con el cantante y hacerle muchos hijos. Años más tarde (muchos años más tarde), llegó el día de mi propio tránsito de niña a mujer y mi madre se lo contó a media escalera. Durante semanas, tuve que soportar que las vecinas me miraran con cara de saber más de mí que yo misma. Con cara de rayos X. Con cara de «sé lo que está pasando ahí dentro». Y quien dice ahí dentro, dice en mi ropa interior… Mamá, sé que vas a leer esto en algún momento y que ahora mismo sólo podrás pensar en una cosa: RESIDENCIA DE ANCIANOS EN LA CONCHINCHINA. Pero como aún eres joven (y guapa y buena y la mejor madre del mundo) y yo no soy nada vengativa, he decidido que