A mí el verano me sulibeya y septiembre siempre me ha dado repelús. Así son las cosas, lo siento. Si hasta ahora, en un ataque de enajenación mental sin precedentes me tenías por el adalid de la alegría y el buenrollismo en las redes, ha llegado el momento de conocer la cara oculta de aquí la que suscribe. Año tras año, el nuevo curso escolar me ha producido la mezcla perfecta entre grima y pereza. Llámame loca, pero me gusta enormemente estar tumbada a la bartola, bañarme en el mar, viajar y despertarme porque ya he satisfecho mi necesidad de dormir y no porque el sonido de un despertador me lleve a la antesala de un infarto… Vamos, que por mucho que me guste mi trabajo, mi vida me sigue gustando infinitamente más.
No quiero que pienses que no lo he intentado y que me he rendido al vacacionismo sin más. He aprovechado cada septiembre de mi vida para proyectar sensaciones diferentes: ora alegría; ora excitación; ora optimismo… Pero nada. En octubre, el papelón siempre se me viene abajo y antes de darme cuenta me sorprendo pensando: «con lo bien que estaba de vacaciones». No hay cuaderno nuevo, clase de pilates o curso de cocina que me quite el disgusto. Comprar ropa de temporada tampoco ayuda. Ver abrigos y bufandas tras los escaparates sólo me da ganas de llorar y fugarme al trópico.
Pero este año he tenido una epifanía, una revelación que ha hecho pop en mi cabeza y se ha convertido en algo grande y fuerte nivel Godzilla. Es un runrún, una certidumbre non-stop que me dice que al fin lo he conseguido. Querido septiembre: tú ganas.
Ganamos ambos. Porque he decidido ser práctica a la par que sincera. ¿Para qué me voy a indignar en octubre si puedo hacerlo en septiembre y quitármelo de encima? ¿Para qué luchar contra lo que no tiene remedio? ¿Para qué perder energía y tiempo en algo tan absurdo? Por eso este mes voy a ahorrarme el falso ataque de alegría, excitación y optimismo. Voy a mirarle de frente y a decirle que no me gusta. Ni sus nuevos propósitos, ni sus anuncios de coleccionables, ni sus benditas rutinas. No me gusta y punto. Igual así, por obra y gracia de este derroche de sinceridad, septiembre va y me sulibeya.
P.D. El próximo miércoles, cuando todos hayamos superado la crisis nostálgica del gazpacho y la crema solar, volveré con los contenidos de siempre, a tope de power con el marketing y el emprendimiento y una sorpresa que he estado preparando en secreto. ¡Hasta la semana que viene!
23 comentarios
Ya te echábamos de menos por aquí, Susana. A mí tampoco me gusta mucho septiembre, pero ahora que han vuelto los post de los miércoles seguro que lo llevo mejor. Feliz vuelta!
¡Yo también lo echaba de menos, Lourdes! Esto es de lo mejor de septiembre, sin duda 😉
Qué me vas a contar, yo soy de las que lloran con el anuncio del corte ingles de la vuelta al cole, jijijijiji. Besos, bonita 😉
Se me ocurren pocas cosas más deprimentes que eso, jajajaja.
He visto que habías vuelto en instagram y me he venido corriendo. Tenía mono de leerte largo y tendido. Los miercoles con tu post son mejores. Qué bien que estés de vuelta!
Oh, ¡muchas gracias, Carolina! Así que da gusto volver 🙂
Yo es que soy de las que se pirran por olor a libro recién forrado, a goma de milán de nata y me excita la simple visión de un cuaderno nuevo, impoluto y a punto de ser mancillado por mi pluma. Suena un poco porno, lo sé… pero es que me gusta septiembre!!, Sobre todo porque ya te tenemos de vuelta Susana, que es que los miércoles sean vacacionales o no, no son lo mismo sin ti!! ❤️
Jajajajaja, Beatriz, sabes que pasarás a la historia como la inventora del paper-porn, ¿verdad?
Uff para mí todo eso fue Agosto, volver a mi casa en Bélgica, con frío y todo el mundo en España con calor, playa y piscina.. Pero no hay que por bien no venga y esa fase la he pasado ya.
Un besazo
¡Qué horror, María! Yo me esperaría a la llegada del frío para asomar la patita en redes sociales con tal de no verlo, jajajaja.
Para mi …desde este lado del mapa….septiembre llega y soy feliz!! Llega la mejor estacion….la primavera y con ella el olor a casi verano! Te felicito susana por todos tus post ! Y que tu regreso fluya ☺
¡Hola, Florencia! En breve empezaré a desear estar al otro lado del mapa. Si por mí fuera, viviría en un verano infinito 😉
Que bien que estés de vuelta!!! La sorpresita me tiene emocionada!!! Me apuntas? No tengo ni idea que es lo prometo, pero mi corazón dice que hay que apuntarse y quiero ser la primera!!! … pero por si acaso. 🙂
Jajajajajaja, Mercedes, tú tranquila que yo cuento contigo para lo que sea 😉
Me pasa lo mismito que a tí, y que al común de los mortales…mal de muchos consuelo de tontos…pero con algo habrá que consolarse…digo yo…
Jajajajaja, totalmente de acuerdo: ¡habrá que consolarse! Y siempre viene bien saber que hay más gente a la que se nos avinagra septiembre.
Si es que como puedes escribir tan bien y claro.
Por cierto lo de me sulibeya me ha llegado al alma, dime ya donde se oía esa palabra que no caigo
Jajajajaja, era una canción!! Son tus perjúmenes, mujer, los que me sulibeyan… Como ves, echo mano de cualquier cosa, jajaja.
Ohh bienvenida de vuelta Susana! Hoy es mi primer día de vuelta al trabajo y mientras te leo estoy de camino a la oficina, recordando la sal en mi pelo y la arena bajo mis pies. Y quiero llorar 🙁 pero te leo y suspiro. Se que no estoy sola y que todo pasa. Y que mejor que decirlo alto y claro: volver a la rutina no me gusta cuando se estaba tan bien de vacaciones! Un abrazo muy fuerte y feliz vuelta para ti!
¡Exacto, Valentina! Todo pasa y no es malo reconocer que Septiembre es como una puñalada en el alma, jajaja. ¡Pero pasará, ya verás! Un beso y que te sea leve la vuelta :*
Ains Susana ¡Qué alegría leerte! Así me gusta positiva y enérgica
Deseando estoy a ver la sorpresa
Un Beso
Cómo te entiendo Susana! yo me pongo de un sentimental cuando escucho aquello del dúo dinámico eeel final del verano, llegooo ains
Yo he estado pensando sobre esto. Por qué Mayo y Junio nos gusta tanto y Septiembre no, si son meses muy parecidos en cuanto a carga de trabajo, horarios, obligaciones, climatología, etc.
La conclusión es que la diferencia está en lo que anticipa uno y otro. Junio anticipa el verano (las vacaciones) mientras que Septiembre anticipa 11 meses de curro. Y el motivo de que no disfrutemos igual Septiembre que Mayo es que no vivimos en el presente, sino en el futuro. Por eso Mayo es a veces aún mejor que Agosto, y el pobre Septiembre tiene la reputación del mes de Enero.
Desde que pensé esto me centro en intentar disfrutar cada mes por lo que es, y no por lo que viene. Y me va mejor así. Septiembre se ha vuelto un mes encantador.
Un beso Susana.