… y el más acá de la vida real.
Últimamente estamos asistiendo a una auténtica oleada bloguil: las crisis económicas y las existenciales llevan a muchos a plantearse un cambio de rumbo en sus vidas que en ocasiones encuentran nuevos cauces en el mundo 2.0. Es genial asistir a este fenómeno de reciclaje personal y profesional, y leer todos esos blogs de personas que están teniendo el valor de sacar lo mejor de sí mismos y dedicarse a lo que realmente les gusta.
Y es que en esta revolución no soy una mera espectadora. Yo misma abandoné el puesto de ejecutiva de cuentas en la agencia en la que llevaba más de 10 años. Casi sin parpadear, cambié campañas con presupuestos de muchos (muchíiiiisimos!!) ceros para especializarme en comunicación de pequeños negocios y emprendedores. Ya no voy en chaqueta a reuniones con más de 15 personas, ahora llevo vaqueros y mis reuniones son de tú a tú, con cafés y risas si las distancias y el tiempo lo permiten (o en la comodidad de mi estudio, cuando hago reuniones por skype con clientes de otras ciudades). Ahora tengo clientes reales con sueños y metas que cumplir. Lejos quedaron las grandes organizaciones impersonales con cifras astronómicas con las que comprar notoriedad. Y me siento feliz.
Esta experiencia me ha convertido en una profeta del «sí se puede» y de las recompensas del esfuerzo y la constancia. Pero para llegar a ese punto hay que correr una maratón, y gran parte del trayecto va más allá de tener un blog o promocionarse en redes sociales.
Soy una auténtica entusiasta de lo mucho que un blog puede hacer por impulsar un negocio y de cómo las redes sociales están facilitando la vida y cuidando el bolsillo de aquellos que emprenden. Pero como publicista no se me escapa que en muchas ocasiones nos centramos demasiado en esos aspectos, olvidando que hay otras muchas formas de promocionar un negocio y que no sólo deben contemplarse sino usarse de manera coordinada y estratégica.
Estamos tan alucinados con el éxito de algunos bloguers que llegamos a pensar que todo se centra en eso: el diseño de blogs, el SEO, los calendarios de contenidos, los días de más audiencia para publicar, la mejor forma de compartir tu contenido en redes sociales… ¡Stop! Todo eso está genial, pero hay vida ahí fuera. Por eso quiero hablarte de cómo ir más allá de un blog y no obsesionarte con todo lo que le rodea:
1. Coge papel y lápiz y anota qué objetivos generales y específicos quieres conseguir con tu proyecto. Puede que quieras conseguir un número determinado de clientes o incrementar tus ventas o darle alas a un determinado producto o servicio que nadie te compra. Hay tantos objetivos como empresas y proyectos. ¿Cuál es el tuyo?
2. Define a tu cliente potencial. ¿Qué edad tiene? ¿Es hombre o mujer? ¿O son ambos? ¿Cuáles son sus gustos o aficiones? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Por qué crees que tu producto o servicio puede cubrir alguna necesidad específica de tu cliente potencial?
3. Estudia tu entorno. ¿Cómo es tu competencia? ¿Qué crees que te diferencia de ella? ¿Cuál es tu principal ventaja o fortaleza frente a tus competidores? ¿Cuáles crees que son las principales motivaciones de tus clientes para «consumir» tu producto o servicio? ¿Cuáles consideras que son los principales inconvenientes?
4. Define tu estrategia y anota los movimientos que vas a hacer para acercarte a tus objetivos. Te has marcado una línea de meta, unos clientes a los que dirigirte, conoces los principales obtáculos con los que vas a encontrarte, y sabes cuáles son tus fortalezas. Ahora es el momento de decidir tu argumento de venta y cómo vas a conseguir llegar al punto que deseas.
¡Hemos llegado al punto más interesante! ¿Cómo vas a conseguir todo eso? Dime, ¿qué piensas hacer para que tu precioso proyecto llegue al lugar que sueñas?
¡Ahora no me puedes decir que vas a abrir un blog! ¡No me puedes decir sólo eso!
¿Te has planteado hacer alguna campaña offline u online? ¿Tal vez vas a organizar un pequeño evento para conseguir más y mejores contactos o para dar a conocer mejor tu proyecto? ¿Y qué me dices de los medios de comunicación? ¿Vas a contemplarlos en tu plan? ¿Has pensado como hacerlo? ¿Y qué hay de pactar colaboraciones con partners complementarios?
Éstas son sólo algunas posibilidades (tienes más aquí y aquí), pero la lista es muy larga y en tu mano (o en la del publicista que contrates) está valorar cuáles son las más adecuadas, eficaces y rentables para tu caso concreto.
Hay un mundo infinito de posibilidades, y no podemos ceñirnos al mundo de los blogs o redes sociales por mucho que sus especialistas nos bombardeen con contenido sólo relacionado con esos temas. Tienes que pensar en 360º. Sería una pena que te limitaras a mirar sólo hacia donde los demás te señalan con insistencia, porque, en ese caso, únicamente sacarías partido a una pequeña parte de tu proyecto.
Me gustaría que tus alas fueran grandes y fuertes, y que no te limitaras a volar a la misma altura por la que transitan los demás. Vuela alto y diferénciate. Dime: ¿qué vas a hacer hoy que sea diferente de lo que hacen todos lo demás?
No es una pregunta retórica, me encantaría que me lo contaras en los comentarios de este post.
¡Hasta la semana que viene!
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Hola Susana,
Maravillosa tu entrada como todas las que nos ofreces y con las que aprendemos un montn. Es cierto todo lo que cuentas, creemos que con un blog o una web, estar en facebook, instagram, y un montn de sitios ms vamos a conseguir aquello que queremos tener al lado nuestro, y esto solo es una parte de la difusin, que incluso yo ms bien la incluiria al final de esa larga lista que tu indicas, porque ante todo hay que llegar al cliente de tu zona, de nada sirve que te vean en pernanbuco. Tambin claro est que todo depende del negocio al que te dediques… Gracias por tus consejos.