Éramos pocos y parió la abuela. Quintillizos. Y no sin antes hacerse grupie, encaramarse a todo ser viviente, gozar a lo loco y matarnos a disgustos. O lo que es lo mismo, éramos pocos y Mark Zuckerberg quiso jugar a ser dios, tener omnipresencia e inventar lo que ya estaba inventado. Y así, como quien no quiere la cosa, al más puro estilo mamporrero, nos encontramos de golpe con otra red social, en plan matrioska, dentro de otra que ya teníamos. Había nacido Instagram Stories.
La pregunta era inevitable: y ahora… ¿qué hago yo con esto? En mi caso, nada. ¡No hice nada durante varias semanas! A mí lo del Stories me pilló de vacaciones, metida de lleno en el universo snapchatero y sin ninguna gana de incorporar otra red social a la tarea diaria. Así que al principio me dediqué a ignorarla con ahínco. ¡Y casi lo consigo! Yo estaba muy cómoda con la comunidad que había creado en Snapchat y con mi sección fija de los miércoles para emprendedores. No quería duplicar contenido y, sinceramente, tampoco me interesaba usar una red que había salido copiando a otra.
¿Pero qué clase de vida sería ésta sin la oportunidad de pisotear nuestros propios ideales y hacerles un estropicio? La ocasión empezó a pintarse calva poco antes del lanzamiento de mi ebook. Siempre he defendido que no hay que obsesionarse con los likes ni con el número de seguidores. Si tu negocio funciona y tienes suficiente trabajo, tanto te da tener 1.000 que 10.000, sobre todo si son seguidores de calidad y tienes un porcentaje de conversión alto. Sin embargo, la cosa cambia cuando vas a vender algo que ya está creado, por ejemplo, un infoproducto. En ese caso, lo que quieres es rentabilizar al máximo el tiempo y el esfuerzo que has invertido en desarrollarlo. Necesitas ser visible, tener likes, ganar seguidores, que se alineen los planetas, que dios nos asista y, de paso, que nos coja confesados. Así que fue precisamente en ese momento cuando empezó a preocuparme la pérdida de visibilidad en Instagram y encontré en el Stories un gran aliado.
En los días de mayor neblina instagramera, cuando el algoritmo se cierne sobre ti y te escupe todo su desprecio, dejándote invisible, sólo, pequeño e impopular, el Stories es tu salvación. Te proporciona una segunda oportunidad para mostrarte al mundo y proclamar que sigues ahí, aunque tus fotos reciban menos visitas que la madre de Norman Bates. Pero exactamente ¿para qué puedes usar Instagram Stories?
1. Para complementar lo que cuentas con tu foto del día.
Ésta es mi opción favorita y en la que me encuentro más cómoda. Por un lado, me permite hacer una de las cosas que más me gustan (contar historias), y, por otro, me ayuda enormemente a darle un empujoncito a la foto del día cuando noto que apenas está siendo visible. ¿Cómo lo hago? Te pondré un ejemplo: hace unos días publiqué en Instagram una foto en la que se me podía ver contemplándome en un espejo. El pie era el siguiente:
Una sabe que ha tocado fondo el día que se observa en el espejo a conciencia. Reconozco que llevaba tiempo sin hacerlo. Me he pasado semanas con la casa a cuestas, el alma en vilo y la agenda apretada cual culete de estatua. He hecho todo tipo de malabarismos con mi tiempo: he practicado rizos en el aire, he ejecutado triples saltos mortales sin red y a lo loco, he corrido al trote cochinero… Todo para ir tachando tareas según lo previsto. Y aún así, no he podido quitarme de encima cierta desazón, la sensación de estar olvidando algo importante, la certeza de no tenerlo todo bajo control… He revisado la agenda mil veces intentando hallar una pista para acallar, en vano, esta inquietud del alma. Hasta hoy. Esta mañana me he asomado al espejo y ha sido como si alguien tirara una piedra al escaparate de mi inconsciencia. Al otro lado, tenía la respuesta. Justo sobre mi boca. Un maravilloso y colosal bigote decimonónico.
Horas después de lanzar la publicación, cuando el nivel de visibilidad comenzaba a descender, publiqué una historia complementaria en el Stories, en la que aparecía afeitándome ante el espejo y lanzando un mensaje a mi pareja para pedirle disculpas por «haberle cogido unas cosillas» (espuma de afeitar, cuchilla…) y haciendo alusión a la publicación del día. La remontada fue automática y conseguí redirigir a muchos de las personas que veían el Stories a mi perfil.
Pero para conseguir este mismo efecto, no hace falta destrozarse la cara o convertirse en la mujer barbuda. Con hacer algún tipo de guiño a tu publicación que complete la historia es suficiente.
2. Para redirigir visitas a Snapchat.
Antes del copypaste con nocturnidad y alevosía del dueño del universo y faraón de las redes sociales, muchos ya compartíamos nuestras historias. Pero lo hacíamos en Snapchat. ¿Cómo seguir haciéndolo y darle uso a la vez al Stories sin duplicar contenido ni necesitar días de 48 horas para crear contenido nuevo? Una buena solución es hacer un pequeño adelanto en Stories de lo que pueden encontrar en Snapchat, algo así como el tráiler de una película. Justamente esto es lo que hace La Forte y, oye, yo siempre pico.
3. Informar sobre la novedad del día.
Stories es una herramienta perfecta para compartir el día a día de los negocios, ya sea una promoción puntual, el envío de una newsletter, un making off, la publicación de un post… Cualquier tipo de negocio puede darle este uso, pero si tienes una tienda o un estudio de fotografía te resultará especialmente útil. Esto lo hace a las mil maravillas Charuca. En su perfil publica las maravillosas fotos de Marina, pero en su día a día es ella misma la que graba sus videos o hace fotos con el móvil de forma más casera (aunque se lo monta muy bien) para compartir en Stories cualquier novedad importante.
Estoy convencida de que si te ha pasado como a mí y el Stories te pilló fuera de órbita, estas 3 opciones te inspirarán para dar tus primeros pasitos. No pierdes nada probándolo. ¡Nunca se sabe! Una empieza en el Stories y termina caminando por la alfombra roja con un moñaco de 3 pisos y el ego por las nubes. ¡Todo es ponerse! De todas formas, por lo que pueda pasar, para la próxima tengo muy clara una cosa: hay que ponerle un DIU a la abuela. Que con lo que tenemos, ya vamos sobrados.
¡Hasta la semana que viene!
8 comentarios
Dos semanas sin pasarme por aquí y ya tenía mono torralbero. Pero qué buena eres chiquilla! No me he podido reir más con el DIU de la abuela, jajajajaja.
Hay que hacer un crowfunding para lo del diu de la abuela a la de ya. A mí no me llega la vida para tanta red, pero mil gracias por ponerlo siempre todo tan fácil. Hoy me estreno en el stories 😉
Te sigo en Snapchat aunque todavía no me he atrevido nunca a partidipar en los cafés, pero me sirven mogollón. Me motivas muchísimo y eres la cosa más dulce y salada a la vez que he visto :*
Ohhh por fin consejos prácticos para saber como darle provecho a este clon de mi pobre Snapchat!
Por lo que he visto yo, hay bastante menos interacción en Stories de la que hay en Snapchat. Con lo cual me parece muy guay la idea de compartir el making of de una foto o algo que complemente su historia. Y lo de hablar de algún lanzamiento, o algo relacionado con el negocio le veo más sentido en Stories que Snapchat, que es una red más personal y donde se hace más comunidad con la gente.
Así que me anoto todo y lo pongo en práctica!
Mil gracias guapa por tus consejos siempre! 😀
Me muero contigo vamos, hace tiempo que no leía posts tan frescos y con este me he meado casi encima con lo del DIU, vamos que no me lo esperaba….me declaro fan a tope, si antes lo era, ahora más!!!!
Hola susana! Yo hasta ahora no he usado el instagram storie por todo lo que cuentas. No quería duplicar contenido y ademas siento que le estoy siendo infiel a snapchat jajajaja.
Pero me has dado algunas ideas, ya pensaba yo que me tocaría decir boobies o tetas en cada post jajajajajaja
Besos linda!
¡Hola!
La verdad es que yo ando un poco desbordado con todas estas redes… bastante me cuesta enterarme lo que es una FanPage de facebook como para entrar en nuevas guerras…
Menos mal que te tenemos a ti, Susana, para que nos ilumines en esta oscura travesía 🙂
Besos!!
jaja genial! Yo también estaba muy negada a Instagram Stories, por las mismas razones que las tuyas! Pero no pude evitar y caí! Trato de no publicar las mismas cosas tampoco y en eso se me va la vida! Así que una noche, La noche de las Galerías, una parte subía en el Snap y otra en el Insta Stories, en ambos que podían dirigirse a ver en las otras redes más cosas 🙂 y dio resultado 😀
Aún así con mi falta de tiempo en este momento me es difícil darle una continuidad a cualquiera de mis redes! Solo espero que lleguen las vacaciones para ordenar mis ideas! Leer tu libro y poner en práctica también estos consejitos que nos das ahora!
Pero si algo tiene el Insta es que me consume menos batería que el snap!
Besos!