«La niña ve la tele del revés», oí decir a mi madre, que era muy de contar nuestras vidas en el café de la sobremesa y desahogarse con las vecinas. Las pobres señoras estuvieron pensando durante años que yo hacía el pino mientras disfrutaba de Barrio Sésamo y se me ponía la carita azul. Alguna hubo que me cogió miedo imaginándome sentada de espaldas a la tele y hasta terminó negándome el saludo en el portal. Es lo que tiene la falta de concreción y el abusar de radio patio. Pero lo que mi madre quiso decir aquel fatídico día en que se me colgó el sambenito de psicópata de la comunidad es que yo no veía la programación, sino los anuncios. A mí David el Gnomo me la traía al pairo. Yo moría de éxtasis con el anuncio del atún Calvo, con el Capitán Pescanova y el frotar se va a acabar. Espinete y toda su trope eran unos torpes aficionados del entretenimiento comparados con el número musical de los Conguitos. Y ni el mismísimo M.A. tenía algo que hacer frente al apacible negrito de la canción del Cola Cao.
Durante mi infancia hice el máster completo de flipar pepinillos viendo los anuncios de la tele. Alucinaba con esas pequeñas cápsulas de genialidad concentrada. Siempre quise ser publicista y terminé desarrollando una sordera galopante cada vez que mi padre me hablaba de estudiar Medicina o Derecho. ¡Bien por mí! Siempre me he alegrado, pero ahora mucho más. Y es que a la hora de emprender y llevar el marketing de tu propio negocio, ser publicista te allana mucho el camino. Por eso hoy quiero darte las claves para que aprendas a pensar como un publicista.
1. Buscar oro. Los grandes hallazgos nunca son evidentes, están ocultos como Wally en un partido del Atlético. Tienes que estar continuamente receptivo porque las buenas ideas no están donde todo el mundo las busca. “Cualquiera puede buscar moda en una tienda o historia en un museo. El explorador creativo busca historia en una ferretería y moda en un aeropuerto”(Robert Wieder).
2. Una buena idea mal comunicada es cien veces peor que una mala idea. Es como McGyver montando un mueble de Ikea, algo muy mal aprovechado. Tener una buena idea no sucede todos los días. Dale la importancia que merece y busca el mejor modo para comunicarlo y hacer promoción.
3. Respáldate detrás de un concepto creativo siempre. A la hora de promocionar algo, cualquier persona se dedica a anunciarlo a bombo y platillo. Un publicista, sin embargo, primero piensa un concepto creativo y después arma una estrategia sólida. Te voy a poner un ejemplo sorprendente: aunque hoy en día comer patatas sea algo de lo más normal, en el siglo XVIII daba un poco de asquete. Concretamente, en Prusia, la gente de a pie no tocaba una patata ni con un palo. Sin embargo, el rey Federico II estaba empeñado en popularizar su consumo entre la población para combatir la hambruna. Regaló semillas y ordenó a sus súbditos que sembraran patatas en sus huertos, pero tuvo menos éxito que la segunda parte de Dirty Dancing. No había hambruna, ley ni regalo que cambiara los gustos de los prusianos. No obstante, Federico II era un gran publicista y se le ocurrió la mejor campaña de marketing de la historia: ordenó sembrar patatas en sus jardines privados e hizo que los soldados las custodiaran durante todo el día, pero no por las noches. Pronto los jardines de palacio comenzaron a recibir numerosas visitas furtivas. Con nocturnidad y alevosía, la patata terminó por convertirse en la base de la dieta de los prusianos.
4. «No me digas lo bien que lo haces; dime lo bueno que me hace cuando lo utilizo”. No lo digo yo, lo dice un publicista de los grandes: Leo Burnett. Aunque te resulte contradictorio, no hables de ti cuando te promociones, habla de tu cliente. Los productos de belleza son un claro ejemplo: cuando compramos una crema nos importa entre poco y nada lo súper mega chachis que sean en el laboratorio que la han desarrollado. Lo que queremos saber es que cuando la usemos, nos van a volver a salir los dientes de leche.
5. Ponte siempre en los zapatos del otro. Para vender algo a alguien, tienes que entender muy bien cuáles son sus necesidades, motivaciones, circunstancias… Si no puedes pensar como tu cliente, nunca podrás hacer una campaña que funcione. Personalmente, esta es una de las cosas que más me gusta de ser publicista, ya que me permite ser muchas personas a la vez (shhh, que no se enteren en mi casa).
A fin de cuentas, ver la tele del revés y espantar a las vecinas tampoco está tan mal. Me ha permitido evolucionar y echarme unas risas por el camino. Como un Pokémon. Uno muy loco.
Uy, me voy corriendo, que empiezan los anuncios… ¡Hasta la semana que viene!
20 comentarios
Si sacaras una novela, me la compraría. Ahí lo dejo…
Madre mía, pero qué os ha dado con la novela, jajajaja. Si yo sólo sé escribir chorradas. iré ensayando con un libro de chistes malos, jajajaja.
Buenísimo el post, Susana! Eres una genia, cómo me he reído con tu historia de pequeña publicista, jajajajaa. Yo estoy de acuerdo con Carolina: escribe una novela yaaaaa.
¡Muchas gracias, Mar! De momento me quedo escribiendo por aquí, que es más divertido, jajajaja.
Ains qué envidia (de la sana) me ha dado. Yo quise estudiar Publicidad y no llegué a la nota, así que terminé haciendo Pedagogía y aún no sé muy bien por qué porque nunca he ejercido. Menos mal que al final he encontrado mi pasión y ahora soy feliz con mi tiendecita de joyas hechas y diseñadas por mí. Dicen que no hay mal que por bien no venga, no?
Como dice mi madre, todo pasa por algo, Lorena. ¡Enhorabuena por haber encontrado tu pasión! Eso no le pasa a todo el mundo 🙂
Enganchadísima desde la primera línea. Lo tuyo es esto y lo sabes, jajajaja.
Jolín, ¡me sacas los colores!
no me extraña que estés desbordada de trabajo… ¡eres la bomba!
¡Muchas gracias, Marta! Soy una bomba, pero de relojería. El día menos pensado exploto, jajajaja. ¡Vacaciones ya!
Pues a mi me encantaban los anuncios pero los debía ver al revés también porque no me caló para nada la vena de «autovenderme», de hecho lo paso fatal 🙂 Yo me sumo a la moción de Carolina «si sacaras una novela me la compraría»
Jajajajaja, ¡pues hay que hacerlo, Sonia! Creételo un poquito, anda, que te lo puedes permitir 😉
Susana, eres lo más! Yo también me apunto a comprar el libro cuando lo escribas. Mira que tienes gracia, hija!
Me acuerdo cuando , hace milenios, iba a Inglaterra a estudiar y la tele era fascinante: No me enteraba de nada, pero los anuncios eran espectaculares; cuando aquí todo era todavía gris, allí tenían color como para causar un coma. Más adelante decidí grabar anuncios para verlos luego en casa.
¡Yo también hacía eso! Grababa los programas especiales de Canal + de festivales de publicidad y después los veía una y otra vez. ¡Gracias por tanto piropo! Al final me lanzo a escribir, ya verás, jajajaja.
Eres una crack, Susana!
Enhorabuena por tu agenda llenísima, y es que no podía ser de otra manera. Nos dejastes a todos encantados con la formación de fotografía..
Un abrazo guapa
¡Muchas gracias, Mireia! Me encantó la experiencia. ¡Un beso grande!
¡Jamía, no sabía yo que estabas tan puesta en historia! Me alegra saberlo. Muchas gracias por el post de hoy, me ha aclarado muchas cosas. Eres muy generosa, bombón. Muacks!!
Una tiene sus estudios, jajajajajaja.
Susana me parto!!!
Eres genial
¡Muchas gracias, guapa!