Cómo ser productivo trabajando desde casa

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Trabajar desde casa es la repera. Al menos, eso es lo que creemos hasta el día en que al gato le da por bailar claqué sobre el teclado y tu vecina decide que es el momento perfecto para contarte su vida de una sentada y sin respirar. Yo era de las ilusas que se imaginaba dándole a las teclas arreglada pero informal, con un té, rosas frescas y un poco de música de fondo, en un estado de éxtasis y concentración que ni Santa Teresa. Pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y mentira cochina. Lo habitual es que te dejes llevar por la vorágine emprendedora y que un día, cuando al fin abras los ojos, te veas a ti misma despelucada y medio calva a la par, en bata, luchando por oír tus propios pensamientos por encima de la traca final de la lavadora. El espectáculo circense está servido. Pasen y vean a la increíble mujer bipolar, estropajo y Iphone en mano, con un ojo en el ordenador y otro en el horno, enviando unos canelones por email y gratinando presupuestos.

Hace poco me preguntaron cómo hago para ser productiva y llegar a todo siendo emprendedora y trabajando desde casa. Rápidamente me puse a hacer una lista de todos los pequeños aciertos con los que había ido dando a lo largo del camino. Son pequeños gestos, pero todos suman para que al final del día sienta que he hecho lo que debía, con un orden y sin olvidarme de mí como trabajadora y persona.

Cuando emprendes, estás tan ilusionado, tienes tantas ganas de ver resultados y te gusta tanto lo que haces que comienzas a hacer renuncias sin darte cuenta. Un día renuncias a vestirte antes de sentarte frente al ordenador porque contestar emails es más urgente. Otro día decides que es mejor emplear el tiempo de la depilación en avanzar un poquito más en ese proyecto que tienes a medias. Otro día renuncias a salir a tomar algo porque te agobia la cantidad de tareas pendientes… Y cuando quieres darte cuenta, eres un cruce entre Chewbacca y un velociraptor. Una vez en ese punto, volver a ser una persona normal, con horarios y una cantidad aceptable de vello facial, no es tarea fácil. Pero se puede. Yo lo hice y, aunque tengo días en que todo se desmadra, siento que cada vez es más el tiempo en el que lo tengo todo bajo control. Estos son mis indispensables para conseguir ser productiva trabajando desde casa.

1. La actitud. Durante mucho tiempo he creído que si trabajaba duro, podría conseguir la meta que me había propuesto y eso me haría feliz. Pero a la larga he comprobado que esto no funciona así. Siempre hay una segunda meta después de la primera. Y una tercera, y una cuarta, y una quinta… Si coloco mi felicidad más allá de esas metas, lo único que consigo es aplazarla continuamente. No quiero que el éxito me haga feliz. Quiero que la felicidad me haga ser productiva y eso me lleve a alcanzar el éxito.

Los estudios demuestran que sólo el 25% del éxito de una persona se basa en su inteligencia. Sin embargo, el 75% de su éxito es consecuencia de un nivel alto de optimismo, del apoyo social y el modo en que percibe la presión como un reto y no como una amenaza. Un cerebro positivo es un 31% más productivo que un cerebro negativo, bajo estrés o incluso en un estado neutro. Puedes intentar comerte unas maracas, adoptar un pony o dormir sobre algodón de azúcar. Pero antes te recomiendo que pongas en práctica lo siguiente:

-Arreglarte al inicio de tu jornada laboral. No hace falta que te disfraces de ejecutivo agresivo, pero tampoco de maruja psicótica. Que una cosa es ir cómodo y otra parecer un sillón orejero. Es importante que te sientas presentable. La ropa tiene un poder simbólico enorme. Si te ves bien, tendrás una actitud positiva para hacer frente a tu trabajo y serás más productivo. Con la ropa, se consigue trazar una línea imaginaria entre tu tiempo de descanso y tu jornada laboral, cosa que tendemos a mezclar cuando trabajamos desde casa. Si diferenciamos bien ambos momentos, aprovecharemos lo mejor de cada uno. Quienes me siguen por Snapchat ya han podido comprobar que esto lo llevo a rajatabla.

-Premiarte. No tener jefes es lo mejor que puede pasarte después de que Brad Pitt repare en tu existencia y te visite en tanga. Pero a lo bueno también hay que acostumbrarse. Estamos tan habituados a que sea nuestro jefe el que tiene que recompensarnos que se nos olvida que ahora esto depende de nosotros. Cada trabajo bien hecho, cada tarea tachada de la lista merece una palmadita en la espalda, ya sea en forma de donut, paseo, descanso, moonwalker frente al ordenador…  Lo importante es que te recompenses de algún modo y te sientas más feliz que un pavo amaneciendo vivo el día después de Acción de Gracias.

-Ver gente. Hace unos días me reuní en persona con alguien con quien suelo colaborar a menudo. Él trabaja desde casa igual que yo, así que siempre nos comunicamos vía email, teléfono o whatsapp. Pero, por una vez, quedamos en un bar. Una hora y una cerveza después teníamos dos ideas de negocio nuevas con las que estoy súper emocionada. Y es que la cabeza no nos funciona igual solos en casa que con compañía y feedback. Por eso he creado en Snapchat los cafés online, un punto de encuentro 2.0 en el que varios emprendedores (cada vez más) charlamos sobre temas que nos preocupan o nos generan dudas.

-Dividirlo todo en tareas pequeñas que puedan realizarse en un sólo día. De lo contrario, los plazos se diluyen, perdemos el control, procrastinamos y terminamos desilusionándonos. ¡Y eso sí que no! La ilusión y el culo siempre arriba, aunque nos dejemos la vida haciendo sentadillas.

2. Automatizar. El hecho de trabajar solos o ser un pequeño negocio no implica que no podamos estudiar nuestro sistema como si fuéramos una gran empresa. Estoy convencida de que todos hacemos tareas repetitivas que podrían automatizarse para ahorrar tiempo: dar presupuesto, resolver dudas frecuentes, ofrecer un servicio post-venta… Si recortamos el tiempo en este tipo de tareas, podremos dedicar nuestras energías a aquello verdaderamente importante.

Parte de esta automatización también pasa por trabajar en bloques. A mí me funciona especialmente bien con este tipo de tareas: responder emails (a primera hora de la mañana y última de la tarde), hacer fotos para el blog y las redes sociales (cada dos semanas), programar publicaciones en redes (una vez a la semana) y pensar en los próximos temas para el blog (cada dos meses).

3. Anticiparse. Si no me anticipo a los acontenimientos, es imposible que pueda planificar las tareas, aprovechar las sinergias y trabajar en bloques. Por eso, anoto todo en mi agenda de Google Calendar. De este modo, puedo ver las tareas por días, semanas o meses y así tener una idea muy exacta de lo que se me viene encima e intentar ponerle remedio antes de ser engullida. Cada día, lo primero que hago al sentarme frente al ordenador es mirar mi agenda diaria y semanal para organizarme y evitar que el toro me pille, me roce o incluso me huela. Una vez que tengo claro lo que debo hacer ese día, organizo mi rutina de trabajo según lo que creo que hago más rápido en cada momento. Por ejemplo, sé que recién levantada tengo menos creatividad que una cafetera, así que intento hacer tareas más mecánicas, como responder emails, y dejo la redacción de posts para última hora de la mañana.

 

En resumen, estos son mis consejos para librarte de la soledad y la calvicie y que te salga una melena lustrosa que ríete tú de Rapunzel.  No es una fórmula matemática que te va a cambiar la vida de un día a otro, pero puedo asegurarte que los resultados se ven a corto plazo, tanto en tiempo libre como en lo que te pesa el bolsillo. Y, llámame loca, a veces incluso en felicidad.

 

¡Hasta la semana que viene!

 

 

25 comentarios

  1. Hola Susana, cada día me sorprendes más me encantan tus post. Te importaría hacer un post sobre páginas estáticas es que he montado una tienda online para vender plantillas de blogger y la verdad es que me encantaría que lo hicieses.

    Gracias

    1. ¡Muchas gracias! En breve sacaré un post de preguntas y respuestas. Anunciaré en facebook cuando abra el turno de preguntas, ¡no te lo pierdas! 😉

  2. Ay, Susana, qué grande eres. No quiero enrollarme más que una persiana, bueno, sí quiero, y lo haré, pues quiero comentar mucho de este post, con licencia de vuesa merced.

    Empecé con un proyecto que se cayó hace poco, concretamente el 31 de marzo. Me vais a permitir que compare, para mí fue como perder a alguien muy querido, como cuando perdí a mi perrita Bruma. Pero pude sentarme y pensar todo lo que había hecho mal, ajustar el horario y ser más sensata (había llegado a trabajar 14 horas diarias y a engordar 10 kilos).
    Ayer empecé de nuevo (qué casualidad). Y aunque los inicios son más duros, mi horario es mi horario.
    Tomo nota de la indumentaria, pero me niego a llevar sujetador, que para algo trabajo en casa (y hago ejercicio, ahora sí!!!).

    Es totalmente cierto que menos horas, menos estrés y cansancio, significan mucha más productividad, pero mucha, mucha!!!

    Y tomo nota de lo de los premios (pero nada de donuts, dieta a rajatabla, aunque encontraré otras cositas con las que premiarme!!).

    Y también, tras el batacazo, he empezado a organizarme mucho mejor, a automatizar y librarme a las peores horas (creativas) de las peores tareas (en plan aburridoras).
    Lo de Snapchat… aún me lo estoy pensando, pero creo que te haré caso. Y quizás me una a tus conversaciones (cuando me peine, jajajaja, es broma!!!).

    Yo para organizarme uso más el iCal (google empezó a darme problemas pues compartía muchos calendarios y no me iba bien en el iPhone – por cierto, la mejor inversión laboral de mi vida, pasarme a la manzanita: ahorro 3/4 partes del tiempo, soy más productiva y trabajo incluso fuera de casa!).

    Y te (os) aconsejo ASANA – una aplicación online para organizar tareas, fechas y proyectos. Me agobia menos que el calendario y es muy fácil de usar, con aplicación móvil.
    Además, para los días peores, uso una hojita de papel impresa con 3 huecos para las 3 tareas principales (y una lista ordenada debajo). Así es más fácil centrarse. Algún día os la compartiré!!!

    Vaya testamento… creo que estoy preparada para empezar a escribir un blog… en cuanto tenga tiempo, jajajajaja.

    Besos y gracias por poner por escrito y de forma organizada lo que todos sabemos y no nos paramos ni a pensar ni a hacer!

    1. ¡Muchas gracias por tu aportación, María! Ti experiencia vale oro y seguro que todos lo vamos a aprovechar mucho. Conozco ASANA, pero nunca lo he probado. Tenía en la cabeza que era más para proyectos en los que varias personas están implicadas. iCal también lo conozco porque trabajo con Mac, pero a la hora de compartir calendarios con clientes me resulta más cómodo Google Calendar. Supongo que todo depende del negocio de cada y el uso que se le dé. Enhorabuena por ese nuevo comienzo, ¡valiente! Espero que te vaya fenomenal. ¡Mucha suerte!

  3. ¡Qué grande, Susana! Verdades como puños. Lo de trabajar en pijama es un hecho que todos nos callamos, pero ahí está. Te haré caso en eso y en todo lo que pueda, que yo no quiero terminar calva de los nervios.

  4. He leído en Instagram algo de Brad Pitt en tanga y me he venido corriendo. Tí qí que sabes enganchar a la audiencia, pillina. Eso sí, una vez aquí me he reído de lo lindo y hasta voy a arreglarme

    1. Jajajaja, la secuencia de palabras «Brad Pitt en tanga» tiene tanto poder de convocatoria que van a empezar a incluirla en los manuales de magia 😉

    1. Se me olvidó comentar en el post que si hay una cosa que echo de menos del trabajo por cuenta ajena son los compañeros como tú ;* ¡Y todos los demás, que ya saben quiénes son! Espero veros mañana. ¡Muac!

  5. Excelente post! También trabajo desde la casa. Muchos piensan que es lo mejor que te ha pasado en la vida, por un lado es cierto, pero por otro lado no es tan fácil.. hay que crear una rutina, planificar y saber organizarte o si no todo se puede transformar en un caso. Yo de a poco lo he ido consiguiendo (creo, jeje).. aunque hay días y días.

    Me encantaron tus consejos, sobre todo lo de la vestimenta y la actitud positiva :)!
    Saludos 🙂

    1. Es una moneda con dos caras, ¿verdad? Tiene un parte genial, pero la otra es muy muy dura, así que tenemos que aprender a mejorarla en lo posible. ¡Muchas gracias por pasarte y comentar!

  6. Hola Susana, que buenos consejos compartes, como siempre de hecho.
    Yo en los ratos que dedico a mi baby blog intento ser un poquito ordenada, pero reconozco que no lo soy del todo, y que soy una auténtica reina de la distracción y de la procrastinación.

    No he tenido el «placer» de vivir eso de ser una despeluchada con ojeras y pelos por todas partes, porque todavía el hecho de que tengo que salir de casa cada mañana, me obliga a tomar ciertas medidas estéticas!!!

    Imagino que lo del pijama/chandal no es nada sano a nivel mental, pero sabes lo harta que estoy de estar tantas horas sentada con los vaqueros agobiando mi tripa? Uy solo por eso estoy deseando trabajar desde casa, para no volver a ver los vaqueros ni el sujetador (en verano sobretodo).

    En cualquier caso, tomo bien nota de todo esto, que es mejor aprender de los que ya han pasado por la experiencia, que darse cabezazos contra la pared! 😀

    Te mando un super abrazo!!!!!

    1. Valentina, para mí lo más cómodo es usar faldas de vuelo para trabajar. Estás divina y encima no aprietan. 100% recomendable.

    1. ¡Un beso grande para ti! No te veo mucho últimamente por las redes, así que espero que sea porque estás viviendo a tope 😉

  7. Me encanta!! Jajajaa además de divertido, este post me parece muy practico. Tomo nota de todo que yo también empiezo ahora a trabajar desde casa. Un besote!

  8. ¡Hola Susana! Qué identificada me siento con todo lo que escribes, después de varios años trabajando desde casa todavía tengo mucho que aprender, lo de trabajar en pijama lo tengo superado, pero lo de estropajo y iphone en mano todavía no, qué difícl es en estos casos separar tareas, ya son varias las veces que no levanto la vista de la pantalla hasta que me llega el olor de la comida quemada… 🙁

    Gracias por tus consejos, tan prácticos siempre y que voy a poner en marcha a la de ya!
    ¡Un beso!

  9. Buen día a tod@s desde Montréal!

    Qué divino post Susana! y qué manera tan divertida de contar los avatares de trabajar desde casa. Me encantó lo de arreglarse (lo empecé a hacer hace poco y realmente hace la diferencia)y lo de encontrarse con gente. A veces uno se afana tanto al ordi que se olvida que hay un mundo tridimensional que nos espera para reavivarnos…

    Gracias otra vez!

    Saludos!

    Patricia

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¡Hola, caracola!

Si es la primera vez que vienes por aquí, me presento: soy Susana, una publicista con una cámara pegada en la mano. Éste es el lugar desde el que comparto todo lo que sé sobre comunicación, marketing y publicidad (y sobre donuts, mi madre, lo divino, lo humano…). Quédate un rato conmigo; ¡las risas están aseguradas!

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