Los errores más frecuentes en el diseño de logotipos

Ya lo decía mi abuela: «la cara es el espejo del alma». ¡Y qué razón tenía! Seguro que alguna vez has sentido una conexión instantánea con alguien a quien no conocías sólo por lo que te transmitía la expresión de su cara. O todo lo contrario: la expresión de un completo desconocido te ha provocado rechazo desde el primer minuto. ¡Que levante la mano el que no se haya hecho el remolón alguna vez para no coger el ascensor a la vez que alguien cuya cara no nos inspiraba confianza! Y es que, al margen de cuestiones estéticas y de los caprichos de la genética, nuestro rostro es el reflejo de multitud de valores intangibles que conforman nuestra personalidad. Es símbolo de nuestra identidad propia y exclusiva.

Exactamente esto mismo sucede con las empresas y su identidad corporativa, que no es otra cosa que la materialización visual de sus valores, servicios, productos, etc. De este modo, si la cara es el espejo del alma de las personas,  el logotipo es el reflejo de la identidad única y singular de las empresas.

Por ello es muy importante trabajar bien en su diseño. Sus formas, colores y tipografías no deben ser producto del azar, ni de los gustos personales de alguien; deben ser coherentes con la identidad de la empresa.

Cada elemento que forma parte de un logotipo añade información, todo comunica, y debe hacerlo en una misma dirección. Por ejemplo, cuando ya nos hemos decantado por una tipografía concreta, podemos encontrarnos con que decidir entre la versión normal o la cursiva también puede determinar el modo en que se perciba nuestra marca. Así, por ejemplo, podemos estar transmitiendo estabilidad y solidez con la versión normal o progreso y dinamismo con la versión en cursiva de una misma fuente.

En definitiva, hacer un logotipo no es labor de un ratito. Y como no quiero que te hagas un lío con estos conceptos, aquí te dejo mis consejos sobre…

…Los errores más frecuentes en el diseño de logotipos.

1. El síndrome del vuelo libre.

Empezar a diseñar un logotipo sin haber hecho previamente un briefing es uno de los errores más comunes que se cometen. ¿Cómo vamos a conseguir que nuestro logotipo sea el adecuado si no nos hemos parado previamente a establecer qué queremos transmitir con él? Esto del briefing puede sonar altamente profesional e incluso complicado, pero no es más que sentarse a pensar y fijar por escrito ciertas cuestiones. Para hacer un briefing de utilidad, bastaría con dar respuesta a las siguientes preguntas:

• ¿Cómo se llama la empresa?
• ¿Cuál es la actividad a la que se dedica?
• ¿Tiene relación el nombre con dicha actividad?
• ¿Qué distingue a esa empresa de su competencia?
• ¿Cuáles son sus principales valores?
• ¿Quiénes y cómo son sus clientes?

Si al mirar tu logo no eres capaz de explicar lo que representa y el modo en que lo hace, es una señal inequívoca de que necesitas urgentemente un rediseño de logotipo basado en un buen briefing.

2. El mal de Ikea o la epidemia del Do It Yourselfs.

Ikea y muchos blogs han puesto de moda la tendencia del DIY, pero todo tiene un límite. ¿Acaso te operarías de cirugía estética a ti mismo porque nadie mejor que tú sabe cómo quieres tener la cara? ¿O dejarías que moviera tu ahorros en bolsa el hijo de la vecina porque ha hecho 1 año de Empresariales? Está muy bien que seas capaz de fabricarte una vela tú solito con un tarro de mermelada, pero la imagen corporativa de tu empresa debes dejarla en manos de profesionales. Nadie mejor que ellos para entender lo que necesitas y plasmarlo visualmente de la forma adecuada.

3. El efecto nana.

Hay logotipos que agotan con sólo mirarlos. Puede deberse a que estén pasados de moda o a que contengan demasiados elementos gráficos. Y es que hay dos máximas que nunca debemos perder de vista: un logo debe ser atemporal y sencillo. Huye de las modas pasajeras a la hora de diseñar el tuyo, y recuerda que lo sencillo es siempre lo que mejor funciona. Menos es más, sobre todo en el caso de logotipos, que casi siempre son reproducidos en un tamaño pequeño (perdiendo detalle si tienen demasiados elementos), y muchas veces en convivencia con otros elementos gráficos (formando parte de un cartel, un folleto, una web, etc.).

4. El mal de Humphrey Bogart.

¿Qué sucede cuando suprimes el color de tu logo y lo dejas en blanco y negro? ¿Se ve bien o hay partes que no se ven? Esto es lo que habría sucedido con mi logo si no hubiera tenido esto en cuenta:

Si yo no hubiera tenido en cuenta la combinación de colores y su traducción al blanco y negro, me habría quedado, como en el primer caso, un logo empastado y sin posibilidad de usarlo en blanco y negro (por ejemplo, para un sello). ¡Por suerte, rectifiqué a tiempo!

Pero esto no sólo sucede con el color, también hay que tener en cuenta otras posibilidades de reproducción del logo para diseñarlo con versatilidad. Por ejemplo, al igual que comentábamos antes que los logos complejos pierden legibilidad y detalles cuando tienen que usarse en tamaño pequeño, también debemos plantearnos la posibilidad contraria: que el logo tenga que ser reproducido en un formato bastante grande. Por ello, es recomendable crearlos con programas de diseño vectorial (Illustrator, Freehand., etc.) que impidan que nuestro logo se pixele cuando se amplíe.

5. La fiebre tipográfica.

El mundo de las tipografías es tan amplio que uno puede llegar a volverse loco buscando la más acertada. Este tema daría no sólo para un post completo, sino para un libro de los gordos, pero voy a intentar dar unas nociones básicas sobre las principales familias tipográficas que existen:

-Serif.

Las fuentes serif son aquellas que presentan esos característicos remates en los bordes. Una de las más famosas es la clásica Times New Roman. Este tipo de fuentes se suele emplear en diseño para expresar estabilidad, solvencia, solidez, atemporalidad, tranquilidad, experiencia, autoridad, etc.

-Sans Serif o de Palo Seco.

Como su propio nombre indica, se trata de fuentes que no tienen remates en los extremos. Suelen emplearse, al contrario que las anteriores, para transmitir progreso, sencillez, modernidad…

Entre las sans serif más populares, se encuentran la Arial, la Helvética, etc.

Por lo general, para textos largos se recomienda el uso de las fuentes serif, ya que facilitan la legibilidad a largo plazo, mientras que para textos cortos suelen ser más recomendables las sans serif porque son más limpias.

-Manuscritas:

Son las fuentes que parecen hechas a mano. Por ejemplo, el texto de mi logo tiene una tipo manuscrita, la Satisfy. Se suelen emplear para transmitir trabajo de autor, dedicación personal, etc. Es recomendable usar este tipo de fuentes en pequeñas dosis

Además de estas, hay más familias de fuentes, como las decoradas o las de símbolos, pero son de escasa aplicación.

Por otro lado, como comentamos más arriba, el empleo de fuente normal o cursiva puede añadir aún más connotaciones al texto, transmitiendo con la primera estabilidad y con la segunda prograso, dinamismo, innovación, avance, etc.

Finalmente, el uso de mayúsculas y minúsculas también debe ser tenido en cuenta. En general, se desaconseja el uso de las mayúsculas en dosis altas ya que su legibilidad es menor a la de las minúsculas.

En resumen, saber combinar las tipografías con acierto exige mucha dedicación y algunas nociones generales sobre el tema. De ahí que siempre se recomiende recurrir a profesionales.

6. La psicosis del color.

No sólo las tipografías están llenas de connotaciones, también los colores expresan por sí mismos. Es importante saber manejar los códigos de color de la manera correcta para expresar lo que queremos y que no nos tomen por locos.

7. La inconformitis esquizoide aguda.

Si eres de los que, cuando van de compras y dudan entre dos camisetas, terminan comprando ambos modelos, este mensaje es para ti: ¡ni se te ocurra hacer lo mismo con el logotipo de tu empresa! El logotipo de tu empresa es único. Esto quiere decir que sólo puedes tener uno. Está bien contar con varias versiones de un mismo logo para adaptarlo a diferentes soportes (la versión en color, la versión en B/N, la versión extendida, la versión reducida…), pero es un gran error emplear alternativamente dos logos diferentes. Si haces eso, estás confundiendo a tu público y destrozando tu identidad corporativa.

Por supuesto, recomiendo cambiar de logo en caso de que no represente adecuadamente tu marca ni cumpla los consejos que hemos visto anteriormente. Pero una vez que soluciones ese problema y tengas un logo aceptable, tienes que mantenerlo. Podrás ir haciendo pequeñas evoluciones a lo largo del tiempo para darle un aspecto más actual y acorde con el presente, pero siempre manteniendo la esencia del mismo.

Por cierto, la foto de este último cartel está sacada del Club Poligámico Beverly Hills. ¡Toma ya!

Después de leer esto, ¿qué me dices de tu logo? ¿Crees que te representa y que cumple los requisitos básicos de sencillez, atractivo, etc.? Si quieres contar con la opinión de una publicista, recuerda que cada mes ofrezco 3 sesiones de valoración gratuitas. Sólo tienes que rellenar el formulario para optar a una de ellas.

Suscriptores de mi newsletter, muy atentos a vuestros buzones. En línea con el tema del post de hoy, tenéis material gratuito de ayuda. ¡Hasta la semana que viene!