Uno de los proyectos fotográficos personales que he empezado este año se basa en la retórica. Aunque esto suene muy antiguo y estéis imaginándome ahora mismo con una toga en la Grecia Clásica, os aseguro que es algo que está muy presente en nuestro día a día, en la publicidad, la política, la educación, la prensa. Y es que la retórica no es otra cosa que un conjunto de técnicas para el uso del lenguaje verbal y visual con finalidades persuasivas o estéticas. Si tenéis una revista a mano, os propongo que echéis un vistazo a los anuncios. Estoy segura de que encontraréis una gran cantidad de metáforas, símbolos, analogías, etc. He puesto el ejemplo de los anuncios por que, como publicista, es lo primero que se me viene a la mente, pero podéis hacer esta misma prueba con un artículo, un discurso, una charla, una película… y el resultado sería el mismo.
A estas alturas del texto, os preguntaréis qué tiene que ver la retórica con los métodos para encontrar inspiración. Un segundo, que aquí viene la respuesta:
TODO
Os lo explico de forma más gráfica:
Uno de los métodos más clásicos pero más eficientes que se emplean a la hora de innovar productos o servicios en la industria y las empresas sigue la siguiente fórmula: A+B=C. Es decir, se trata de coger elementos diferentes e integrarlos para crear uno nuevo. Por ejemplo, un día a alguien se le ocurrió unir objetos como un sofá y una cama e inventó el sofá-cama (los anfitriones de visitas imprevistas le estarán eternamente agradecidos). Así funcionan tanto las nuevas ideas como las figuras retóricas. Cada una establece matices en la relación entre A y B para llegar a ideas C diferentes. Pongamos como ejemplo esta foto:
He unido dos elementos totalmente contradictorios: tender la ropa y la lluvia, dando paso a un resultado C que es una auténtica paradoja
Os pongo un segundo ejemplo con otra combinación de elementos. Un paraguas y la ausencia de lluvia dan lugar a este otro resultado paradójico:
Por tanto, en la paradoja, para llegar a C, A y B tienen que ser elementos contradictorios.
Otra de las figuras que he estado trabajando es la de la alegoría. La alegoría pretende dar una imagen a algo que no lo tiene. En este sentido, yo quería representar de forma visual el mundo de las oportunidades, contextualizado en momento de cambio que estaba viviendo, un momento en el que presentía que había una buena oportunidad cerca de mí aunque no pudiera verla y que era solo cuestión de seguir caminando, de dar un paso al frente. Para llegar a esta idea C uní estos dos elementos: una persona que no ve y una llave. A priori no son elementos contradictorios como pasaba en el caso de la paradoja, pero la relación particular que se establece entre ellos dan lugar a la alegoría de lo posible:
En cualquier caso, lo que quiero transmitir es que inspirarse y generar nuevas ideas es muy sencillo. Os invito a hacer la prueba con dos elementos cotidianos que tengáis cerca, no es necesario que sea para hacer una foto, podéis crear un elemento decorativo, una prenda de ropa, una nueva receta… Ser creativo en cualquier parcela de la vida es fácil y está al alcance de todos.
Un comentario
Hola Susana:
no saba que tenas este blog y acabo de encontrarte de nuevo; he estado vindolo de arriba a abajo y, como sienpre, me encanta tu forma de ensearnos la vida. Es muy interesante lo que dices porque es cierto que de las mezclas imposibles salen grandes ideas, en cocina pasa mucho.
Me alegro de ver que to te va tan bien.
Besitos