Querida amiga, hablemos del tiempo que empleamos en crear contenido. Pero, sobre todo, hablemos del tiempo que podríamos ahorrarnos en crearlo… ¡sin dejar de crearlo!
Siento que últimamente hemos entrado en una dinámica un poco extraña con la creación de contenido. Como hay tanta gente comunicando a la vez en Instagram, compitiendo por conseguir su trozo de la tarta de la atención, parece que no podemos quedarnos atrás, que hay que estar publicando constantemente. Cada vez más cantidad, cada vez más rápido. Y claro, llega un momento en que la gente crea contenidos como churros.
No lo digo por lo rápido, sino por lo insípido o falto de cariño.
Y yo me pregunto: ¿hasta qué punto es bueno dejarse ver a cualquier coste? ¿Hasta qué punto es positivo publicar muy a menudo cualquier cosa, sin más, solo por publicar? ¿Qué es mejor: estar presente continuamente aunque resultes indiferente e incluso dejes una huella negativa, o publicar menos pero asegurándote que cada mensaje tenga un impacto positivo para tu marca?
La respuesta parece obvia, ¿verdad?
Pero entonces… ¿por qué hay tanta gente que sigue en esta rueda de fabricar churros?
Encontrarás la respuesta en este episodio (¿a ti también te han entrado ganas de comer churros?)
Si lo tuyo es leer más que escuchar, inscríbete en mi newsletter «Hay un oso panda en mi ensalada» para que te llegue cada episodio en formato texto. Y sí, al inscribirte, también descubrirás por qué mi newsletter se llama así 😉.