Tomar conciencia de eso que te incomoda debería ser un paso de obligado cumplimiento antes de planificar cualquier estrategia de negocio ¡o personal!
En mi caso, cuando empiezo a trazar la estrategia de negocio anual, siempre empiezo por el cierre del año anterior (si tienes mis plantillas, es la primera de todas; si no la tienes pero las quieres, es aquí). La cuestión es que ese cierre es el equivalente a un tortazo sin manos. Porque ahí, frente a esa plantilla, los números me hablan tan alto y tan claro que no puedo ignorarlos.
Los números me enseñan por dónde sangro y aquí te cuento, alto y claro, cómo lo hago para curar esa herida.
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