
La cárcel invisible que casi me hizo renunciar
Querida amiga, hace unos meses estaba leyendo una novela en la cama, a punto de quedarme dormida, cuando una frase me despertó de golpe. ¿Sabes ese momento en el que empiezas a mezclar lo que lees con los primeros desvaríos del sueño? Pues ahí estaba yo, con los párpados como plomo, a punto de sucumbir al cansancio. Y justo en ese momento, una frase me atravesó como un rayo.